¡Alzaos cazadores!
Hoy en día me sigue sorprendiendo como una saga tan de nicho como lo es Monster Hunter ha conseguido despertar tanto interés en todo tipo de jugadores. Recordemos que Monster Hunter, hasta hace poco, era una saga que fuera de territorio nipón era meramente anecdótica, pero gracias al enorme éxito de Monster Hunter World en 2018 parece que Capcom ha logrado lo imposible, acercar su saga de cazar monstruos a todo tipo de público.
Con más de dieciséis millones de ventas, Monster Hunter World ha conseguido coronar el top de juegos más vendidos de Capcom, doblando las ventas del Resident Evil 7 (el segundo juego más vendido de Capcom con más de ocho millones de copias vendidas). Esto es un hito increíble para Monster Hunter, ya que la empresa japonesa posee sagas tan importantes y queridas para el medio como lo son Street Fighter, Resident Evil o Devil May Cry.
Tras el reciente éxito de la saga llegamos a Monster Hunter Rise, la nueva propuesta de Capcom para la saga Monster Hunter dentro de Nintendo Switch. ¿Será capaz esta entrega de mantener el éxito cosechado por Monster Hunter World?
Antes de entrar en profundidad con el análisis de esta entrega voy a presentar las bases principales de la saga. La franquicia Monster Hunter nos pone al control de un cazador que debe exterminar a todo tipo de bestias para salvar a su aldea y convertirse en un cazador legendario, para esta labor contaremos con un arsenal muy completo compuesto por catorce arquetipos de armas totalmente únicas (espada larga, martillo, arco, ballestas, espada doble…).
Monster Hunter no cuenta con un género definido, la clasificación más cercana que podemos hacer a este tipo de juegos es Action RPG, pero creo que no comparte los elementos suficientes como para definir esta saga como un RPG clásico. Por tanto podemos decir que Monster Hunter ha creado su propio género basado en cazar monstruos.
Todos los juegos de la franquicia Monster Hunter nos proponen dos tareas muy simples, embarcarnos en cacerías para matar monstruos y hacer equipamiento con sus partes para poder cazar monstruos más grandes. Dentro de este sencillo bucle podemos encontrar una saga con horas de juego prácticamente infinitas para conseguir los mejores sets y con una propuesta jugable más adictiva que muchas sustancias de dudosa legalidad.
Monster Hunter Rise tiene muchas características y particularidades positivas que podríamos destacar como mejor punto de venta o interés del juego, pero personalmente creo que el apartado gráfico de este título es su mayor virtud, sin ningún tipo de duda. Monster Hunter Rise es uno de los pocos títulos que consiguen sacarle todo el potencial a Nintendo Switch (junto a The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Luigi’s Mansion 3 y Super Mario Odyssey).
El apartado gráfico de Monster Hunter Rise es sobresaliente destacando de sobremanera los modelos de los cazadores y las bestias (las cuales cuentan con animaciones muy cuidadas y detalladas). Dentro de los combates con las bestias encontramos muchos efectos y partículas que mejoran exponencialmente la experiencia (efectos del fuego sobre la hierba, agua saltando por los aires al impactar con un monstruo, partículas eléctricas que salen del cuerpo del Zinogre…).
Siguiendo con este apartado podemos hablar de la calidad visual y gráfica de todos los escenarios que componen el juego, se han creado gracias a la adaptación del RE Engine de Capcom. Estos mapas están decorados con mucha atención al detalle y tienen muchos secretos y lugares que explorar, además son muy extensos en tamaño y son visualmente preciosos. Adicionalmente los mapas destinados a la cacería parecen dotados de vida propia gracias a la fauna salvaje, podremos usar estas criaturas endémicas para conseguir varios beneficios (subida de la vida máxima, más daño, atraer a otros monstruos) que inclinen la balanza a nuestro favor dentro de los combates.
Ligado al apartado gráfico tenemos el rendimiento del juego, este rasgo se debe puntuar con otro sobresaliente y nos muestra, una vez más, la maravilla de trabajo que Capcom ha hecho con esta entrega de Monster Hunter. La tasa de frames se mantiene en treinta FPS estables (en mi caso no he experimentado ni una sola caída de frames en mis más de cincuenta horas de juego), las pantallas de carga son mínimas rozando los quince segundos al empezar e iniciar una misión, tanto en solitario como en multijugador.
Por último, dentro de este apartado hay que agradecer que se haya conseguido mantener la disposición del mapa de Monster Hunter World, presentando un mapa totalmente abierto y con zonas separadas por números en contraposición de los mapas separados por pequeñas pantallas de carga que caracterizaban a los juegos más clásicos de esta saga. Eliminar las pantallas de carga entre zonas nos ahorra muchísimo tiempo y frustración y sinceramente me alegro de perder esta forma clásica de los mapas de la saga.
Conseguir que una Nintendo Switch aguante de forma tan estable estos mapas tan grandes, abiertos y con tantos elementos en movimiento solo se puede explicar con el uso de magia negra por parte de la compañía japonesa. En definitiva, Capcom ha conseguido crear un juego con un apartado gráfico excelente acompañado de una optimización y rendimiento perfectos.
También hay que destacar el apartado artístico de esta entrega. Para este juego, Capcom ha buscado potenciar y resaltar todo el estilo visual y sonoro del título, creando así uno de los Monster Hunter más bellos de la saga.
Al igual que en Monster Hunter Portable 3, Monster Hunter Rise apuesta por una estética japonesa tradicional, esto se ve tanto en la arquitectura de los edificios como en la vestimenta y trabajos de los aldeanos de Kamura. Todo en este juego nos hace ver la belleza del Japón tradicional.
Otro pequeño detalle que suma bastante a la experiencia artística que nos entrega Monster Hunter Rise es el mimo que han puesto en su banda sonora. A muchas de las canciones clásicas de los monstruos se les han añadido vocales (monstruos como Mizutsune o Zinogre), mejorando muchísimo estas composiciones y creando una atmosfera única que no comparte con ningún otro juego de la saga. Además de la música de las criaturas, Capcom ha dotado de vida propia a Kamura (la aldea de esta entrega), haciendo que las melodías de cada lugar de este pequeño pueblo sean atractivas y únicas, destacando la canción de introducción al pueblo y la de la cocinera de dangos.
Puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que si Monster Hunter Rise no se corona como la entrega con mejor banda sonora de la saga, desde luego se posiciona como uno de los juegos con mejor banda sonora de toda la franquicia.
Nos alejamos de las características técnicas de este juego para presentar la nueva mecánica estrella que propone Monster Hunter Rise para presentar un gameplay más frenético y variado, el cordóptero.
Los cordópteros son pequeños bichitos que nos ayudaran de diversas formas en esta nueva entrega de Monster Hunter. Su papel principal es servir como apoyo a la movilidad del jugador, impulsando a este hacia cualquier dirección. Con este impulso tendremos mucha versatilidad, de forma que podemos usar esta herramienta para movernos con rapidez, esquivar el ataque de un monstruo, levantarnos si nos han lanzado por los aires… creando, gracias a este elemento, un gameplay bastante más frenético respecto a la jugabilidad clásica de la saga.
Las opciones de movilidad del cordóptero no terminan todavía, ya que Monster Hunter Rise tiene como sobrenombre Rise (Ascenso, subida…) por algo, y ese “algo” se explica mediante el nuevo enfoque que ha querido dar la saga a los mapas, aumentando en gran medida la verticalidad de los escenarios.
Como ya adelanté en el apartado gráfico los mapas de este juego son enormes, su extensión no se limita solo a la cantidad de terreno para recorrer en pie, sino que gracias al cordóptero podremos escalar cualquier superficie. En Monster Hunter Rise nos encontramos con mapas con diferentes alturas (suelo, montañas, cuevas subterráneas…), en estos nuevos ecosistemas nuestro compañero insecto nos permite adherirnos a las paredes, árboles o edificios para movernos con total libertad. El suelo ya no es el único terreno que podemos usar para nuestras cacerías, puesto que ahora podremos atajar atravesando las montañas o crear estrategias tan locas como sorprender al monstruo con un ataque sorpresa tras un salto de fe desde el punto más alto del mapa. Todo esto, sumado a la introducción de secretos y objetos útiles escondidos a lo largo de todo el escenario, hace que sintamos que los cotos de caza que frecuentamos en cada misión se sientan lugares mucho más completos e interesantes.
Las posibilidades de esta nueva mecánica no se centran exclusivamente en la movilidad del cazador, sino que también ofrecen tácticas ofensivas devastadoras.
El cordóptero en Monster Hunter Rise sustituye a las montas de monstruos clásicas de la saga. En Rise tenemos varias opciones cuando montamos a una criatura: podemos lanzarla contra la pared para hacerle daño, atraer monstruos para que empiecen a pelear entre ellos, usar a las bestias para desplazarlas por el mapa u obligar a una criatura a que ataque a otra culminando en un ataque especial. Las posibilidades que nos da Monster Hunter Rise a la hora de montar monstruos se expanden muchísimo en esta entrega y, quizás, comienzan a facilitar mucho el combate al cazador.
La última opción del cordóptero es sin duda la más cuestionable. Gracias a este nuevo compañero los cazadores son capaces de realizar ataques especiales (algunos nuevos y otros sacados directamente de Monster Hunter Generations) gastando uno o dos movimientos del cordóptero, estos ataques son muy vistosos y espectaculares, pero sobre todo son demasiado efectivos. Los ataques especiales recompensan mucho al cazador, hacen muchísimo daño y se pueden realizar cada medio minuto. Este hecho, sumado a la frenética movilidad de este juego, hace que los combates en Monster Hunter Rise sean los menos desafiantes que jugué en cualquiera de los títulos de esta saga.
Uno de los mayores errores de Monster Hunter Rise ha sido dejarse llevar por la tendencia de World para facilitar las cosas a los nuevos jugadores. Es verdad que Monster Hunter World simplificó muchas mecánicas para lograr llegar al gran público, pero también añadió mucha profundidad en otros muchos puntos (las habilidades intrínsecas de los sets, los niveles de investigación de las criaturas…). En Rise esta profundidad ha desaparecido totalmente, este juego busca ser lo más simple posible y por el camino se deja muchas de las mecánicas que más horas nos daban dentro de los juegos clásicos de esta franquicia, restando así muchas opciones a los jugadores.
Un apartado que se ha visto muy afectado al restar profundidad al juego es el endgame. Como breve explicación, el “endgame” es todo lo que un jugador puede hacer para mejorar sus estadísticas y equipamiento una vez terminada la historia principal del juego.
En la mayoría de los títulos de la saga el endgame es el verdadero comienzo del juego, en esta fase solíamos desbloquear nuevas y poderosas bestias que presentaban un reto de habilidad para cualquier jugador. Adicionalmente debíamos gastar horas para conseguir la cantidad de objetos, armas y adornos con el fin de mejorar nuestras habilidades.
En Monster Hunter Rise no tenemos prácticamente nada que hacer en el endgame una vez hayamos conseguido nuestro set favorito y deja toda esta fase en manos del nuevo tipo de misiones introducidas en esta entrega, las llamadas misiones frenesí.
Las misiones frenesí se plantearon como el nuevo endgame de Monster Hunter Rise. Estas misiones funcionan como una especie de minijuego tower defense, es decir, tenemos una fortaleza que proteger de una horda de monstruos que vienen en manada a destrozarla, nuestra función será defender esta fortaleza mediante la colocación de estructuras como ballestas montadas por el jugador o automáticas, cañones, cebos que atraen la atención del monstruo… Tras repeler esta horda nos enfrentaremos a un jefe final en forma de monstruo más fuerte de lo normal o una variante apex de una bestia ya conocida. Este tipo de misiones sorprendentemente no funcionan mal dentro de la fórmula Monster Hunter, pero no aportan grandes recompensas y acaban aburriendo al completar más de dos consecutivas.
Por ello creo que Monster Hunter Rise no cumple al entregar un endgame extenso. A diferencia de otros juegos de la saga, esta entrega no dispone de ningún monstruo que presente un desafío y un equipo suficientemente interesante como para repetir la misión hasta el infinito. El perder por el camino el farmeo de los adornos y tras la decepción de las misiones frenesí hace que el endgame de Monster Hunter Rise sea una mera sombra de lo que fue en otras entregas de esta saga.
Por todo esto creo que este año los fans de la saga vamos a echar mucho de menos las tierras destino de Monster Hunter World Iceborne y a los dragones ancianos y negros de Monster Hunter Generations Ultimate.
Las nuevas bestias que se incorporan en esta entrega de la saga sí que nos permiten hablar de forma mucho más positiva. Si bien es verdad que el hecho de añadir solo once nuevas criaturas puede señalarse como un claro defecto, al final estas acaban compensando con creces debido a su buen diseño, combate y originalidad. Obviando dos criaturas, de las que no pienso hablar por miedo a spoilear al lector, todos los nuevos monstruos que introduce Rise al plantel son verdaderamente únicos y divertidos. Cada criatura tiene un estilo de combate y un diseño muy diferente a los típicos arquetipos a los que nos tiene acostumbrado esta saga y, por ello, acaban diferenciándose mucho de cualquier otro pariente en el amplio bestiario de la saga. Esto hace que inmediatamente amemos a muchos de los nuevos monstruos de esta entrega, convirtiendo a este título en uno de los mejores Monster Hunter, en lo que a nuevos fichajes se refiere.
Aunque solo se incluyan once monstruos nuevos, estos no serán los únicos a los que hagamos frente en nuestra aventura para salvar a la aldea Kamura. Muchos viejos conocidos (Rajang, Rathalos, Zinogre, Nargacuga…) también han querido sumarse al plantel de Monster Hunter Rise, llegando a la cifra final de treinta y nueve monstruos grandes a los que podremos hacer frente en este título. Aunque parezca una cifra pequeña en comparación a otras entregas de la saga (Monster Hunter Generations Ultimate trajo consigo noventa y tres bestias) la verdad es que no se aleja mucho de los treinta monstruos que introdujo Monster Hunter World en su día de lanzamiento y, además, Monster Hunter Rise (al igual que World en su día) ya ha anunciado varias actualizaciones gratuitas que traerán monstruos y contenido a lo largo del primer año de vida de este título (con el primer DLC planeado para salir a finales del mes de abril y con, como mínimo, tres monstruos que se unirán al juego en esta primera actualización).
A pesar de las incesantes comparaciones con Monster Hunter World, creo que Rise brilla con luz propia. Es verdad que este título busca parecerse todo lo que puede a su hermano mayor, pero aun así cuenta con el suficiente atractivo para enamorar y atraer a nuevos jugadores a esta gran saga. El juego busca ser mucho más accesible para todo tipo de público, pero en ningún momento olvida las bases que hicieron grande a esta franquicia.
Esta entrega debe verse como un Monster hunter de bolsillo, tiene mucha menos dificultad y profundidad en cuanto a opciones, pero suple este problema con un gameplay mucho más frenético y directo. En Monster Hunter Rise, Capcom ha puesto mucho más cuidado y cariño hacia sus pequeños detalles (banda sonora, diseño artístico…), además de contar con ecosistemas y bestias mucho más realistas y vivas que cualquier otro juego portátil de la saga.
Con el regreso a consolas de Nintendo era bastante complicado mantener el gameplay que World introdujo a la saga. Por razones obvias, Nintendo Switch es una consola con mucho menos poder técnico que la pasada generación de consolas, pero Capcom ha conseguido crear la mejor experiencia jugable posible para la consola híbrida.
Con Monster Hunter Generations Ultimate (2018) como último juego en plataformas de Nintendo, su comunidad y la de Monster Hunter estaban ansiosas de un nuevo juego de la franquicia y Rise fue la solución perfecta.
Tras el anuncio revelación de Rise todos los fans de la franquicia Monster Hunter apoyaron en las redes la nueva propuesta jugable de Monster Hunter Rise, muchos quisieron seguir la pista a este juego, animados por las increíbles ventas de la anterior entrega de la saga y la expectación de los jugadores de Nintendo Switch por un juego que se alejara de los juegos más clásicos de esta longeva franquicia para acercarse a la reciente propuesta de Monster Hunter World.
Con estos factores podemos decir que Monster Hunter Rise nació como una entrega destinada al éxito. El juego contó con más de un millón de reservas solo en Japón y solo este dato ya auguraba el tremendo éxito con el que iba a contar este juego. Una semana después a su lanzamiento mundial esta entrega de la saga Monster Hunter ya cuenta con más de cinco millones de copias vendidas y con bastante contenido adicional gratuito que llegará con el paso del tiempo a este título. Lo que garantiza una larga vida para este juego y lo convierte en otro de los proyectos más rentables de Capcom y, sin ningún tipo de duda, en uno de los juegos más brillantes y únicos de la saga Monster Hunter.
En definitiva Monster Hunter Rise ha conseguido librarse de la etiqueta “Freedom” o “Portable” y se ha ganado a pulso su puesto como juego principal de la saga. No solo es una entrega más que digna, sino que además se ha convertido en uno de los mejores juegos y lanzamientos de toda la franquicia, enamorando tanto a público como a prensa por partes iguales.
Resumen rápido de Monster Hunter Rise y la situación mental de un servidor (créditos para mi compañero Kritic1310).