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Análisis: Serial Cleaners

Estamos ante una secuela de un título, Serial Cleaner, que se lanzó hace ya cinco años. La premisa del juego es tan original como clara. En un mundo donde los asesinatos y los crímenes están a la orden del día, alguien tiene que encargarse de dejar la escena del crimen como los chorros del oro.

Aquí Draw Distance, con la distribución y edición de 505 Games, nos trae la secuela de este título con una nomenclatura en plural (guiño a Aliens), llamada Serial Cleaners. El juego, como cabria esperar, ya anticipaba lo que podíamos esperar: un juego más grande y mejorado de su primera versión. En ese sentido, hoy te contamos qué nos ha parecido en nuestro análisis de Serial Cleaners para PS5, una secuela que llega con más protagonistas, cambio de estilo narrativo y visual, pero manteniendo su esencia jugable.

Cine noventero en tu consola

Lo que más llama la atención en un primer vistazo, al sumergirse en Serial Cleaners, es el esfuerzo que han realizado sus responsables para otorgar mayor entidad narrativa a esta secuela. La introducción y los primeros pasos ya nos dejan claro que el hecho de que en esta ocasión tengamos cuatro protagonistas diferentes en lugar de solo uno no es mero capricho, y hablaremos de ello más adelante. El juego es un recital de recuerdos e inspiraciones de los 90. Existen interesantes conversaciones durante las cinemáticas, que recuerdan indudablemente a Pulp Fiction en particular y a Quentin Tarantino en general.

Narrativa de películas de los 90.

El cambio de estética también es reseñable. Si Serial Cleaner apostaba por el minimalismo visual y la simpleza, Serial Cleaners opta por un estilo mucho más sobrecargado de elementos, realista y, por qué no decirlo, moderno. Eso sí, la característica perspectiva isométrica se mantiene intacta para otorgar al título un inconfundible sello que recuerda a otras obras similares como Hotline Miami.

Esta secuela pega un salto en el tiempo y nos sitúa en plena nochevieja de 1999, en la cual cuatro limpiadores de crímenes profesionales se reúnen para compartir sus peripecias. Esto no quiere decir que nos encontremos en absoluto ante una ausencia de trama per se. De hecho, según vayamos avanzando con cada uno de los personajes, iremos viendo cómo las historias se entrelazan más de lo que esperábamos y asistiremos a algún giro inesperado en los capítulos finales de la obra.

Cuatro personajes y una narración de sus historias como limpiadores.

Presentados los protagonistas, es hora de hablar un poco de cómo está estructurado este Serial Cleaners. La historia del juego está dividida en capítulos y en cada uno de ellos revisitaremos un escenario del crimen del pasado con los diferentes personajes. Podemos completar la trama en 8-10 horas que se nos pasarán volando. En cuanto a la dificultad he de decir que el juego es bastante indulgente, pero muy rejugable.

Entretenida, pero extraña forma de ser un gran limpiador

A través de una vista cenital, Serial Cleaners nos propone diferentes escenarios en los que tenemos que limpiar manchas de sangre, o cualquier otro objeto o impureza causada por el crimen. La clave de Serial Cleaners reside, como no podía ser de otra manera, en saltar a la acción y limpiar dichas escenas del crimen.

Sigilo como la mejor opción.

Dejar la escena del crimen impoluta, como si no hubiera pasado nada, es la esencia del juego. El mismo nos ofrece todo un abanico de posibilidades, desde limpiar la sangre con una aspiradora y recoger pruebas hasta hackear dispositivos electrónicos para crear distracciones. Todas estas posibilidades permiten al jugador experimentar los escenarios de formas diferentes como, por ejemplo, con sigilo (forma con la que aconsejo jugar) o jugando al gato y al ratón con los policías.

Aquí es donde el título tiene su mayor problema. Toda esta limpieza se debe hacer sin que nos pille la policía. La policía casi siempre está presente en la escena del crimen desde el mismísimo inicio de la misión. Obviamente, toda la sutileza de un gran trabajo como limpiador de asesinatos se viene abajo, ya que los mismos ven ante sus narices cómo van desapareciendo los cuerpos que deberían custodiar o como se olvidan de que han detectado a tu personaje realizando una infracción.  A todo ello, estos hacen gala de una IA que, por momentos, es sumamente errática, puesto que son tan capaces de escucharnos desde la otra punta del escenario como de hacer oídos sordos cuando pasamos justo detrás de ellos.

Loca academia de policía.

El juego a partir de aquí transcurre con una mecánica del ensayo y error. Es necesario equivocarse muchas veces para comprender cuál es la ruta más óptima o en qué orden ejecutar las acciones para salir indemnes de situaciones tan límite como las que nos propone el juego.

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Variedad, dinamismo y posibilidades

Como os decíamos antes, estos escenarios tan bien diseñados permiten una jugabilidad variada para cada tipo de jugador. Podemos escondernos, arrastrar cuerpos, lanzar objetos, derribar a los polis (otra cosa que suena rara) y ganar tiempo para deshacernos de las pruebas y los cadáveres en puntos estratégicos.

Nuestra mejor amiga (y común para todos los personajes del juego) es la aspiradora, la cual sacamos a pasear para eliminar cualquier rastro de sangre o suciedad, incluyendo el que nosotros mismos podemos dejar. Si bien la mecánica debería ser simple, lo cierto es que controlar con precisión la aspiradora (al menos con mando) es poco menos que un suplicio.

Otra cara de la moneda es que tenemos a cuatro personajes con habilidades exclusivas, lo que aporta variedad al juego. No son definitorios a la hora de cambiar por completo el gameplay de un personaje a otro, pero añade dinamismo a una propuesta que si bien debería ser simple, se enreda en mecánicas confusas y giros extravagantes.

De hecho, los diferentes niveles que componen el juego están diseñados para adaptarse a las particularidades de cada uno de los limpiadores. Sin embargo, y aunque ocurre un par de veces durante la aventura, hemos echado en falta la posibilidad de poder cambiar de limpiador en cualquier momento. Un modo parecido al mítico juego Comandos de Pyro Studios, con todos los personajes por el escenario con sus habilidades, hubiera estado genial.

Apartado técnico y más guiños

En cuanto al apartado técnico, Serial Cleaners apuesta por una vista isométrica como mencionábamos antes. Su aspecto visual mezcla el realismo de los escenarios con un toque de cell-shading para los personajes. La vista desde la que vemos la acción es bastante lejana y nos impide observar en detalle a los personajes. En este caso, la experiencia se centra en que tengamos la más amplia vista del escenario en el que tenemos que desenvolvernos. No es un apartado que destaque en especial, aunque sí me han gustado los toques de humor de los que se ha impregnado la obra y los continuos guiños que presenta.

Estos guiños están presentes en la ambientación con cantidad de narrativa de novela negra y muchos elementos clasicos noventeros como el reloj Casio. Respecto a otros juegos, hay guiños a Metal Gear Solid, con sus cámaras de vigilancia y conversaciones por radio; y otros guiños un poco más sutiles como los niveles de detección de los policías al estilo de las estrellas de un GTA.

La banda sonora de Serial Cleaners es una de las notas más positivas del juego, ya que la música se siente variada en el gameplay y muy bien seleccionada para las cinemáticas, con el gran acierto de ser exactamente la ambientación cultural de esos momentos. Melodías jazz y música muy estridente irán siguiendo nuestros pasos mientras exploramos las distintas habitaciones buscando pruebas y cadáveres.

Además de unos efectos sonoros bastante trabajados, de vez en cuando asistiremos a diálogos entre los distintos personajes que nos hablan de sus vidas y nos muestran cómo llegaron a ser lo que son. Estas escenas son los interludios de las misiones de limpieza. Estos están perfectamente traducidos al castellano, pero mantienen el doblaje en inglés. En resumen, un apartado técnico, cuidado y al servicio de la experiencia que sus autores nos proponen.

Conclusión final

Serial Cleaners es la evolución lógica que uno podía esperar tras el Serial Cleaner de 2017. Se ve mejor, más bonito, ha hecho foco en la narrativa y añade cuatro protagonistas para que la trama sea más interesante. Sin embargo, donde el juego debería brillar, que es en sus partes jugables, es donde se estrella. El título de Draw Distance es confuso en lo visual y torpe, y en ocasiones hasta tedioso e incomprensible (a veces) en lo jugable. Limpiar una escena del crimen debería ser ya bastante tenso de por sí, pero el hecho de tener a la policía pululando desde un inicio lo convierte en infernal y en un constante ensayo y error que se acaba volviendo reiterativo.

Las mecánicas para evasión mejoran el juego, pero no ocultan sus problemas, podemos lanzarles o hackear cosas para distraer a los policías para acto seguido escondernos bajo una mesa y que se olviden de nuestra presencia. Serial Cleaners ha mejorado con respecto a su antecesor en algunos puntos, pero se ha estancado en lo más importante.

Antes de terminar, cabe mencionar que Serial Cleaners está disponible en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC. Nosotros hemos realizado este análisis con una clave para PS5, gracias a 505 Games.

Borja Moya

Se presenta un gran sonyer pero que le da a todos los palos. Muy amante de Metal Gear Solid. Ya desde pequeño con la primera Play y muy vinculado al resto de consolas. "No tengo pasado, tampoco tengo futuro, sólo vivo el presente". Snake

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