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Análisis: Return to Monkey Island

En 1990 tres amigos se juntaron para crear una IP legendaria, ellos fueron a Ron Gilbert, Dave Grossman y Tim Schafer. Esa IP era Monkey Island. Y tras varias secuelas, hoy, treinta y dos años después, volvemos a la isla los monos. Mira detrás de ti, ¡un mono de tres cabezas!

Voy a ser sincero, escribir este análisis es muy difícil para mí, por lo que ha significado esta saga en mi vida. Sus personajes carismáticos, desde el mítico y simpático protagonista, Guybrush Threepwood, pasando por nuestro gran villano LeChuck, la calavera Murray y otros tantos personajes que nos han acompañado estos 32 años con aventuras magníficas, como los 3 primeros, y como juegos no tan buenos como los que llegaron después.

También hay que recordar la fantástica banda sonora que tienen los juegos, con composiciones que a día de hoy siguen siendo emblema de los videojuegos; su diseño de niveles y puzles, siendo cada cual más ingenioso y más enrevesado. Haciendo así que nos estrujáramos la cabeza para encontrar la resolución final. Y, por último, recordar la historia que tenían, que junto a las bromas y el buen humor, hacen que a día de hoy sigan manteniendo el tipo.

A finales de los 90 se creía que al cambiar todo al 3D las aventuras gráficas pasarían a un segundo plano o directamente a la inexistencia. Nada más lejos de la realidad, juegos cómo Thimbleweed Park, Life Is Strange, Heavy Rain o The Wolf Among Us (entre otros muchos) han demostrado que se le podría dar un giro radical al sistema, quizás obsoleto, de la aventura gráfica de los 90.

Y por eso estoy aquí, treinta años después, vuelve Monkey Island con Ron Gilbert y Dave Grossman de directores, ya que los Monkey Island que llegaron posteriormente no tuvieron la participación de estos dos genios. Devolver Digital fue inteligente al recuperar, junto a Lucasfilm Games, esta IP, pues han distribuido el producto, mientras que el desarrollo ha sido realizado por Terrible Toybox, la empresa de Ron Gilbert. Así que, sin más preámbulos, vamos con el análisis de Return to Monkey Island.

El inicio de todo.

Un viaje inesperado

El juego, desde el menú, nos recuerda las aventuras vividas por Guybrush, por si nos perdimos en su día algún capítulo o para recordar, porque el último juego ya tiene 11 años (aunque prefiero no recordarlos, así que diremos que el último gran Monkey Island tiene 25 años). Y nos lo recuerda de una forma muy original, con un book de fotos en el que tenemos que interactuar a lo point and clic para saber qué sucedió en ese capítulo y así hasta llegar a la actualidad.

Pero si empezamos directamente la aventura, aparte de un seleccionador de dificultad, comienza justo en el momento que termina la segunda entrega lanzada en 1992. Así que, este pequeño párrafo tendrá spoilers del juego. Y es que el momento final de Monkey Island: LeChuk’s Revenge nos revela que LeChuck es el hermano de Guybrush. Pero hay un momento en el que se va la luz y salimos de esa habitación siendo unos niños pequeños, por lo que nos deja con una cara de incertidumbre. Hasta aquí voy a contar, ya que Return to Monkey Island empieza prácticamente en el mismo frame que termina este.

Una vez empieza el juego, tendremos un pequeño tutorial que, por suerte, no se hace nada pesado (te puede llevar unos 5-10 minutos), puesto que nos implementa el point and clic de una forma muy intuitiva y cómoda. Marcando unos pequeños objetivos a completar, añadiendo la principal novedad del juego, la «lista de tareas del gran piratilla»; se accede desde el inventario y, como se puede intuir, sirve durante todo el juego para ver todos los objetivos principales de este. Mucha gente consideró que era una forma de facilitar el juego para los jugadores, aunque, a decir verdad, siempre está la opción de no mirar, por lo que es un añadido que suma y no resta. En el tutorial también se nos explica cómo interactuar con lo que tenemos a nuestro alrededor y también la forma de dialogar tan característica de la saga en la que tú eliges qué tiene que decir Guybrush.

Tras eso, vamos directamente a la acción volviendo al lugar más mítico de la saga, Mêlée Island. Tras hablar con el mítico vigía, nos disponemos a buscar el secreto de Monkey Island. Y sí, es así, Guybrush vive obsesionado con el secreto, tras varias aventuras únicas, y encontrar tesoros como el Big Whoop o Elaine de oro (aunque a decir verdad lo de Elaine era una maldición y no un tesoro… pero era de oro, oye). Este decide que para iniciar su búsqueda debe ir al Scumm Bar, seguramente la mejor opción posible, porque allí están (o deberían estar) los jefes piratas, los míticos que ya conocimos en la primera entrega. Aunque, obviamente, lo mejor es que lo viváis vosotros mismos.

Esta es la introducción del juego y hablar más sería romper la experiencia al jugador, por lo que ahora me voy a dedicar a analizar puramente el juego, basándome en los aspectos que considero importante, el diseño artístico, la banda sonora y sonido, y, por último, si es un juego a la altura de los míticos Monkey Island.

Mapa de Mêlée Island en el que podemos desplazarnos por el mapa de una forma cómoda, algo que está desde el primer Monkey Island

Un diseño polémico, pero único

Así que, empezamos por los gráficos y el diseño artístico. Los juegos de Monkey Island siempre estarán caracterizados por un diseño único. Los dos primeros tenían un pixel-art muy marcado, ya que en esa época básicamente no se podía hacer mucho más. Fue entonces, en The Curse of Monkey Island, donde tiraron a un diseño más de dibujo animado, que incluso a día de hoy, mantiene el tipo por el hecho de que cuenta con un nivel muy alto, incluso para 1997. Este, sin embargo, apuesta por un estilo más cartoon, pero tirando al estilo gráfico que podemos ver en títulos como Guacamelee.

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Este estilo no estuvo ausente de polémica porque algunos supuestos fans acosaron y criticaron sobremanera tanto al diseñador de arte, Rex Crowpe; como al mismo Ron Gilbert. Polémicas aparte, he de reconocer que a mí me ha encantado y, en cuanto llevas 10 minutos jugados, ya te has acostumbrado al diseño. Aunque, a decir verdad, todo esto es banal si lo comparamos con el diseño de niveles que tiene, dividido en 5 capítulos, que mantienen el nivel de lo visto en las tres primeras entregas. Son simplemente genial. Por lo tanto, puedo decir, sin temor a equivocarme, que este apartado Return to Monkey Island lo tiene más que aprobado y con buena nota.

Pero no todo es sobresaliente, ya que es cierto que los puzles son más sencillos de lo que pensaba. Ojo, que son buenos, no se me malinterprete, simplemente noto que algunos de estos rompecabezas se han pensado para el público de hoy en día, que es más ansioso, por así decirlo. Es más, se añadió un libro de pistas, por si te pierdes a lo largo de la aventura. Esto, al igual que el listado de tareas, es algo que suma y no resta y siempre tienes la opción de no usarlo.

Scumm Bar, uno de los lugares más míticos de las aventuras gráficas, ahora con un lavado de imagen radical.

El viejo Caribe con un nuevo sonido onírico

Ahora vamos a hablar del sonido y su música. Michael Land, Peter McConnell y Clint Bajakian, que son los compositores originales de los clásicos de la saga; han sido los encargados de traer la mítica banda sonora de Monkey Island a la actualidad, sonando mucho más moderna, mucho más adaptada a nuestros tiempos y con reminiscencias de un pasado que aún sigue presente. Por supuesto, esta banda sonora no es una copia de lo ya escuchado anteriormente, pero sí que hay, además de las canciones nuevas, algunas que tienen un toque del original junto a una parte totalmente nueva.

Sobre lo que es el sonido, Elise Kates es la encargada de dirigir este aspecto. Podemos decir que en este sentido el sonido está a la altura de un juego de hoy en día, con un buen audio. El sonido ambiente está muy bien trabajado y las voces están muy bien interpretadas con un Dominic Armato, que vuelve a dar vida al carismático Guybrush Threepwood, estelar. Es cierto que quizás este aspecto, el sonido, no es lo que más destaca en el título, que no quiere decir que sea malo. De hecho, todo lo contrario, está genial, al nivel de lo esperado y exigible.

Desde aquí podemos movernos para ir a diferentes islas para explorar.

¿Está realmente a la altura esta nueva entrega?

Lo último que vamos a tocar en este análisis es si este juego merece ser considerado uno de los mejores Monkey Island y, por suerte para todos, la respuesta sencilla. Exacto, sí lo está. Aunque he hecho un poco de trampa, vamos a profundizar un poquito más. Cómo he mencionado antes, esto sigue directamente la escuela de los clásicos de franquicia (aunque con trampitas), Guybrush sigue obcecado con el secreto y no se va a detener hasta conseguirlo, al igual que su archienemigo LeChuck.

Por lo que la aventura nos vuelve a cruzar con el pasado, volviendo a lugares en los que ya habíamos estado anteriormente cómo Mêlée Island, pero también conociendo nuevas islas y nuevos e interesantes personajes, con pequeñas subtramas en las que nos veremos envueltos (una en concreto, la guardo en la retina). Obviamente, volvemos a cruzarnos con viejos amigos como el queridísimo Stan, el mayor vende motos de la historia de los videojuegos, como Molyneux, pero con más gracia; Elaine (ahora esposa de Guybrush), Murray y otros muchos.

Así que, podemos asegurar que este juego es un poco de fanservice, que no está mal, y algo totalmente nuevo para esa gente que no se ha criado con las historias del joven pirata. El humor sigue estando a la orden del día en esta saga y destaca como siempre, con juegos de palabras y bromas que nos harán sacar una carcajada. La versión analizada es la de PC y la experiencia en el teclado y ratón es sublime, ya que es intuitivo y muy cómodo. No puedo hablar de la versión de Nintendo Switch, pero parece que lo han adaptado para que sea cómodo para todos.

Dos viejos conocidos, ambos encerrados por no saber estar quietos

Conclusión final

Return to Monkey Island es un gran regreso para la saga, volviendo a lo que la hizo fuerte sin experimentos, como Escape o Tales. Con el regreso de Ron y Dave, marcando el que podría ser un regreso con más entregas.

Este es un juego excelente, pero que, para mí tiene un par de fallos. Uno de estos fallos es que el juego parece más fácil en algunos aspectos, que no es que sea algo malo per se, pero sí que considero que le resta parte de su esencia. Obviamente, con que es más fácil me refiero a, sobre todo, los puzles. El otro problema que tiene para mi es que el juego tiene un final raro, no necesariamente malo, pero sí diferente a lo que esperaba (me tengo que poner quisquilloso porque sino no digo nada malo del juego).

Dicho todo esto, si os gustan las aventuras gráficas, los juegos con una duración de entre unas siete o diez horas, si sois nuevos, o títulos con unos guiones y conversaciones muy trabajadas, y un humor que está a la orden del día; este juego es imprescindible.

Viva Guybrush Threepwood y ojalá le volvamos a ver pronto. Por cierto, si os estáis jugando al juego y queréis saber cuáles son los logros desbloqueables, aquí os dejamos el listado de logros de Return to Monkey Island.

Toni Galera

Director adjunto en HelGames. Me gusta Fable y Fallout, está siendo una época dura. Amante de los juegos de Obsidian y Arkane (D.E.P).

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