El E3 (Electronic Entertainment Expo) ha sido durante décadas el evento más esperado por los amantes de los videojuegos en todo el mundo. Desde sus inicios en 1995, este evento anual ha sido el escenario donde los desarrolladores y las principales empresas de la industria presentan sus nuevos proyectos, revelan avances y en general es una semana donde los fans de los videojuegos la considerábamos como ‘’la navidad de los videojuegos’’. Sin embargo, en los últimos años, con la llegada de eventos digitales como el Summer Game Fest, se ha visto como el formato E3 está muriendo y no parece que vaya a cambiar.
El E3 se ha convertido en una tradición para los jugadores, donde se creaba un ambiente único y lleno de entusiasmo. Recuerdo estar esa semana pegado a canales como Eurogamer donde subían contenido de lo que iban viendo en la feria, con sus impresiones y ver las reacciones mientras cubrían los eventos. Esa época siempre se vio como si el E3 fuera lugar donde los sueños se hacían realidad y las sorpresas eran moneda corriente.
El auge de los eventos digitales
Tras el COVID, los eventos digitales como el Summer Game Fest ganaron mucha popularidad y empezaron a acaparar la atención de los jugadores y los medios. Estos eventos se transmiten en vivo por internet, permitiendo a los aficionados seguir las presentaciones desde la comodidad de sus hogares, como ya sucedía en el E3, pero sin las reacciones del público desde Los Ángeles. Si bien esto tiene sus ventajas en términos de accesibilidad y alcance global, ha planteado la pregunta de si se está perdiendo algo importante en el proceso, como ese seguimiento que sí tenía el E3.
Uno de los aspectos que se ha debilitado con los eventos digitales es la interacción directa entre los desarrolladores y el público. El E3 ofrecía la oportunidad de tener un contacto cercano con los creadores de los juegos, de hacer preguntas e incluso participar en demostraciones en vivo. Estas experiencias cara a cara no se pueden replicar por completo en un evento digital, lo que ha llevado a algunos a argumentar que se ha perdido parte de la emoción y la conexión personal que se sentía en el E3.
Un formato desfasado y que ya olía a muerto…
Además, los eventos digitales también han cambiado la forma en que se manejan las expectativas y las sorpresas. Antes, el E3 era el lugar donde los anuncios y los tráileres exclusivos eran revelados ante un público emocionado. El hype se construía gradualmente a medida que se acercaba la fecha del evento. Sin embargo, con los eventos digitales, la información se filtra con mayor facilidad y anticipación, lo que disminuye la capacidad de sorprender al público. La falta de sorpresa y la pérdida de la sensación de descubrimiento han llevado a algunos a cuestionar si estos eventos digitales están acabando con la magia de las presentaciones de los videojuegos.
A pesar de estos cambios, es importante reconocer que los eventos digitales también tienen sus beneficios. Permiten a un público más amplio tener acceso a las presentaciones y mantenerse actualizados con las últimas noticias de la industria de los videojuegos. También brindan a los desarrolladores la oportunidad de llegar a una audiencia global sin las limitaciones físicas y logísticas de un evento en persona.
Sin embargo, eso no significa que el E3 y los eventos similares deban desaparecer por completo. Aunque los eventos digitales tienen su lugar y son una parte integral del panorama actual de los videojuegos, es importante encontrar un equilibrio y preservar la esencia y la emoción de las presentaciones en vivo, algo que intenta hacer Geoff Keighley en su gala de premios celebrada en diciembre, The Game Awards y el propio Summer Game Fest, que tiene lugar hoy mismo.
A pesar de todo esto, hoy arranca esa semana que tanto añoramos, y empieza con la gala presentada por Geoff, el Summer Game Fest. Y a pesar de todo, es un evento que hay que tener en cuenta, se prometen nuevos anuncios, actualizaciones de proyectos esperados y vete a saber si alguna sorpresa. Y no solo eso, en los próximos días veremos eventos como el de Devolver Digital (día 8 a las 23:59), el PC Gaming Show (11 a las 22:00), Ubisoft Forward (12 a las 19:00), un nuevo Campcom Showcase y, cómo no, el más que esperado Xbox Games Showcase (11 de junio a las 19:00), donde se espera ver actualizaciones de sus proyectos ya anunciados junto a un gameplay extenso de Starfield, el gran proyecto de Xbox para este 2023.
Tres momentos únicos de la historia del E3
A continuación, a modo de despedida, quiero dejar mis tres momentos favoritos del E3, uno de cada empresa grande (PlayStation, Xbox y Nintendo):
- En primer lugar, recordamos el año 2003, cuando Microsoft presentó el primer tráiler de «Halo 2» durante su conferencia de prensa de Xbox. El público estalló en vítores y aplausos al ver las nuevas imágenes del icónico Jefe Maestro en acción. Este momento se convirtió en un hito en la historia de los videojuegos y generó una enorme anticipación para el lanzamiento del juego.
- Nintendo también ha dejado su huella en el E3 a lo largo de los años. En 2010, durante su conferencia, Nintendo presentó «The Legend of Zelda: Skyward Sword«. El legendario diseñador Shigeru Miyamoto apareció en el escenario con una réplica real de la espada maestra y demostró cómo se utilizaría el control de movimiento de Wii para empuñarla. Fue un momento mágico que capturó la imaginación de los jugadores y demostró la innovación de Nintendo en la forma de jugar.
- En el E3 de 2015, Sony dejó a todos atónitos con su anuncio de «Final Fantasy VII Remake«. La ovación y la emoción en la sala fueron abrumadoras, y este anuncio se convirtió en uno de los momentos más icónicos en la historia del E3… Pero no me voy a quedar con ese momento, que sí quiero mencionar por motivos evidentes, sino justo el E3 del año siguiente, 2016. Tras varios años de parón y muchos rumores a sus espaldas, Kratos volvía de la manera más épica, con banda sonora en tiempo real, dirigida por el magnífico Bear McCreary, y con un gameplay espectacular que mostraba un reinicio en otra mitología y con un sistema de juego totalmente distinto a lo que nos tenían acostumbrados. God of War volvía de la mejor manera posible y, sin duda, es uno de esos momentos que sin el público no hubiera sido lo mismo.