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Análisis de Caravan SandWitch

Relajante pero carente de esencia

Soy de esas personas que tienden a no querer relajarse en ningún momento. El ritmo del día a día me abruma, pero por alguna razón tengo una incapacidad crónica para desconectar, y eso se refleja en mis gustos por videojuegos. Desde los grandes RPG de cientos de horas hasta las aventuras de acción incansables, todos son tipos de títulos de los que suelo enamorarme, y que tienden a llenar mis bibliotecas digitales o físicas. Aun así, tiendo a ser bastante polifacético en cuanto a lo que juego, y siempre es interesante poder disfrutar de títulos más tranquilos, o como se suelen llamar hoy en día, cozy.

Esto fue precisamente lo que me interesó de Caravan SandWitch a primera vista. No parecía ofrecer mucha variedad, o al menos los tráilers no la mostraban, pero al mismo tiempo emanaba una especie de aura relajante que me venía muy bien en ese momento. Por ello me dispuse a hacer todos los preparativos para jugarlo y ahora, precisamente en un momento en el que mis horas libres se cuentan con los dedos de una mano, os traigo mi análisis de Caravan SandWitch, un juego con sus luces y sus sombras.

Relajante en exceso

Lo que yo esperaba de Caravan SandWitch se ha cumplido. Necesitaba una aventura relajante, de la que no esperar mucho a nivel jugable, pero que me insuflara vida en aquellos momentos en los que esté saturado de la poco relajante vida adulta. Por desgracia, quizá estamos hablando de un juego que lleva este concepto tan hasta el limite que se olvida de ofrecer alguna razón para seguir jugando.

Sí, es relajante, pero no es divertido. Claramente nos encontramos ante una experiencia que ha sido mimada hasta el extremo, ofreciendo entornos muy bien diseñados a nivel visual y con efectos de sonido que ayudan a la relajación del usuario. En ese sentido cumple, pero es que todas las mecánicas jugables dejan mucho que desear. Son repetitivas hasta el hartazgo, con una línea de misiones principales que no ofrecen ningún incentivo para continuar tu aventura, y especialmente una serie de misiones secundarias que se hacen pesadas más que otra cosa.

No puedes pretender que únicamente colocando objetos en un mapa y obligándote a buscarlos consigas una estructura que sea agradable para el jugador. Sí, la premisa inicial es interesante, y el mundo devastado ofrece muchos detalles que pueden ser interesantes, pero la jugabilidad se resume en gran medida en simplemente ir de acá para allá con la camioneta buscando piezas para avanzar en la trama principal. No es divertido, y no es una buena estructura de misiones, lo mires por donde lo mires. Sí, ya he mencionado que hay misiones secundarias, y sí, resultan diferentes a las principales, pero la mayoría de ellas se sienten demasiado alargadas y no aportan demasiado.

Todo esto me lleva a una conclusión: es relajante, pero lo es demasiado. No solo te permite relajarte, sino que te obliga a hacerlo, pero en mi caso no lo consigue. Quizá después de 4 años analizando videojuegos mi ojo crítico es algo excesivo, pero me cuesta relajarme haciendo tareas tan anodinas de forma constante. Tendrán un hilo conductor, y una trama que en concepto es interesante, pero la verdad es que no creo que sea consistente.

Aun así, claramente no todo es malo. En el mundo me he encontrado algún que otro puzle, cuya resolución permite conseguir más piezas (como casi todo en el juego) que era interesante. No deberías esperar nada muy rebuscado o que te haga pensar mucho, pero la verdad es que muchas veces han conseguido tenerme unos pocos minutos pensando la solución. Lo único que no me gusta es que muchos de ellos te obligan a utilizar ciertas habilidades, las cuales en algunos casos no has conseguido para ese momento, implementando una suerte de back-tracking que no está a la altura y que hace que la experiencia sea más frustrante.

Por otro lado, tenemos el tema de la ya mencionada camioneta. No es un juego de coches, y no tiene las mecánicas más profundas en este sentido, pero sí que es un buen núcleo para esta aventura. Sencillamente es satisfactorio conducirla, y eso es justamente lo que necesita. Precisamente el propio juego sabe tan bien que es su núcleo que introduce un botón que te permite teletransportarte desde cualquier posición hacia tu camioneta, lo que me ha ahorrado varias caminatas insulsas.

La familia es lo primero

No quiero entrar en detalles en cuanto a la trama, porque soy defensor que lo mejor es experimentarla por uno mismo independientemente del juego, pero en este caso debo decir que está un tanto diluida. Nuestra protagonista vuelve a su planeta natal tras obtener una pista que indicaría que su hermana, supuestamente fallecida, puede estar viva. Claramente es un buen punto de parte, algo trillado, pero bueno en esencia, pero la verdad es que la ejecución falla precisamente por lo que ya he mencionado.

Argumentalmente es relativamente interesante, e incluso introduce otro foco narrativo como son los problemas naturales de este planeta, pero la verdad es que le cuesta llegar. No es que como tal al avanzar la trama sientas que no va a ninguna parte, sino que más bien no quieres avanzar. El tema de las misiones repetitivas y la jugabilidad un tanto anodina logra que el usuario tenga la tentativa de abandonar. Es más, mi caso es un tanto particular porque he tenido que jugarlo al completo para este texto, pero he tenido muchas veces la tentación de abandonar el juego.

Aun así, y como ya digo, en este sentido Caravan SandWitch no destaca, ni para bien ni para mal, pero si que consigue ser resolutivo. Además, nuestra protagonista es lo suficientemente carismática, tanto a nivel de personalidad como en su diseño, como para lograr quedarse en nuestra mente.

Esto aunque no lo parezca es muy difícil de conseguir, pero si has jugado Caravan SandWitch en algún momento de tu vida, y por lo que sea ves años después una imagen descontextualizada del mismo, lo más probable es que sigas pudiendo identificarla. No porque el estilo de arte sea muy característico, ni tampoco porque tu experiencia fuera la mejor del mundo, sino porque el diseño de la protagonista logra ser característico.

Construyendo una atmósfera artística

Lo que no puedo negar en ningún momento es que artística Caravan SandWitch es lo que muchos definiríamos como precioso. No es nada muy realista, ni tampoco opta por el lado contrario de ofrecer una estética anime o caricaturesca, sino que nos ofrece un estilo muy único y que le queda bastante bien. Claramente no es el primer juego que ofrece algo similar, pero no ser el primero no te quita mérito, porque es sencillamente muy bonito, y quizá el mejor punto a favor del juego.

En algunas zonas logra sacarse más partido en otras menos, pero la verdad es que en pocas situaciones no me ha enamorado. Además, y dejando de lado el hecho de mi obligación profesional, diría que este es el punto que claramente me ha hecho seguir jugando, y es que es bonito como pocos, y me ha gustado bastante sacar capturas a cada paso que daba.

Esto se ve aderezado además por una banda sonora que también está más que a la altura, ofreciendo unos acordes bastante relajantes y que amenizan bastante todos los momentos de calma que ofrece Caravan SandWitch.

    Conclusión

    Caravan SandWitch no es un juego para todos. Estamos hablando de una experiencia que busca ser relajante, pero que por el camino olvida lo más importante: que sea divertido. Esto se termina traduciendo en un juego con buenas ideas, y que reboza gusto por lo artístico, pero que olvida todo el apartado jugable y estructural, regalándonos una aventura anodina y aburrida. Quizá su mayor pecado sean sus misiones principales, muchas de ellas centradas en recoger una serie de objetos de mejora, y que no son divertidas, sino que logran ser incluso frustrantes.

    Es una pena que con tan buenas ideas no haya conseguido destacar en lo más importante. Aun así, si buscas simplemente relajarte dando unas vueltas con una camioneta, quizá te lo pueda recomendar. Si buscas cualquier otra cosa, este no es tu juego.

    Cumple

    Este videojuego ha sido analizado gracias a una copia del juego proporcionada por JF Games.

    Aarón Márquez

    Director de HelGames y también colaborador en Alfa Beta e IGN España. Si quieres encontrarme solo tienes que buscar entre el código y los datos analíticos de la web, aunque de vez en cuando podrás verme escribiendo. Antes también fui redactor en webs como NaviGames. Contacto: press@helgames.es.

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