Las consecuencias del conformismo
Cómo la avaricia de las compañías afecta a los jugadores
Hace un par de meses, diversas empresas de la industria del videojuego anunciaron su intención de subir el precio de sus títulos de nueva generación de setenta a ochenta euros en Europa, estas empresas buscaron excusar esta polémica medida alegando que los gastos de producción de los juegos habían aumentado hasta límites insostenibles. A pesar de que esta excusa sea una realidad, los jugadores llevamos años aguantando y siguiendo la mayoría de las pautas que nos marcan las compañías de desarrollo de videojuegos a la hora de consumir sus productos.
La realidad es que hoy en día crear un videojuego cuesta millones de dólares a las desarrolladoras y esto supone un gran riesgo si el proyecto resulta ser un fracaso, pero creo que estamos olvidando que estas mismas empresas llevan años exprimiendo sus productos y a los jugadores con ports de juegos antiguos, micropagos basura y estrategias de marketing que van en contra de los consumidores. Es inadmisible, y toda una contradicción, que empresas como Activision o Electronic Arts excusen la subida del PVP en los videojuegos cuando sus títulos llegan al mercado repleto de lootboxes y skins, generando con ello miles de millones de dólares en beneficios solo con la venta de este tipo de micropagos.
Los jugadores llevamos años asimilando estrategias que van desde anunciar juegos junto a sus futuros DLC hasta vender dos versiones de un mismo juego. Esto hace poco tiempo no era para nada común, es decir, casi desde el origen de los videojuegos han existido los packs de expansión y reediciones, pero estas prácticas no pueden compararse con recortar contenido de un juego completo para venderlo como DLC o pintar la ropa de los personajes de un juego de otro color para cobrarnos por ello. Al ver estas prácticas como algo corriente hemos acabado permitiéndolas, por ello todas estas estrategias han acabado inundando la industria hasta el punto de extrañar a los jugadores cuando un juego se anuncia sin estos típicos DLC.
Vender las mejoras de resolución de un juego como si se tratara de una remasterización es otra táctica que está volviéndose muy común a inicios de esta generación. Hace un par de días se anunció la remasterización de Judgment, si se busca información sobre este título se puede leer que los poseedores del juego en PS4 deben volver a pasar por caja si buscan disfrutar de esta “remasterización”. Esto es una absoluta falta de respeto a todos los jugadores que compraron este título, ya que hace poco anunciaron la actualización gratuita de Yakuza Like a Dragon en consolas de nueva generación (hay que recordar que Judgment y Yakuza Like a Dragon usan el mismo motor). Obligar a los jugadores de Judgment a comprar de nuevo este juego para poder jugar a 60 FPS es un insulto, y es todavía más grave cuando vemos que esta versión next gen no incluye ningún tipo de contenido adicional, solo se limita a retocar la iluminación, puesto que el juego sigue funcionando con el mismo motor gráfico que tiene la versión de PS4.
Este tipo de prácticas todavía se podían entender en la pasada generación de consolas, pues la retrocompatibilidad de Xbox One no disponía de todo el catálogo de juegos de las dos anteriores consolas y PS4 directamente no contaba con este servicio. Por ello las remasterizaciones, ports y remakes de juegos de la anterior generación podían ser la única forma que tenían los nuevos jugadores de jugar a títulos pasados sin tener que comprarse otra consola.
Volviendo a la actual generación, juegos como Borderlands 3, Destiny 2, God of War o Gears 5 han sido actualizados de forma totalmente gratuita a las nuevas consolas, esto es de agradecer, ya que con la retrocompatibilidad ya podemos jugar a estos títulos en consolas de nueva generación sin pagar ningún extra. Esto siempre debería ser así, es decir, si la desarrolladora quiere actualizar su juego que lo haga de forma gratuita y no intente vendernos exactamente el mismo juego usando la excusa de la mejora de la resolución y el aumento de los FPS, puesto que si queremos jugar al juego original siempre podremos optar por jugar a este mediante la retrocompatibilidad.
Los jugadores no somos tontos y entendemos que ante las empresas se vota con la cartera y no con la opinión. Gracias a ello hemos conseguido cambiar las bases de juegos enteros como Call of Duty o Star Wars Battlefront 2, productos que han tenido que cambiar la forma en la que introducen sus micropagos debido a la caída en ventas por el descontento general de su público.
Toda industria funciona por tendencias, si un cambio o novedad funciona todos los sectores de la industria van a seguir ese cambio, por ello como comunidad, pero sobre todo como consumidores, debemos exponer y hacer frente a las malas prácticas en la industria del videojuego. No debemos apoyar todos los actos que hagan las distintas compañías desarrolladoras a pesar de amar su trabajo, como empresas que son van a buscar su propio beneficio y creo que nosotros debemos hacer lo propio. No podemos caer en el conformismo y dejar que las lootboxes, las skins y el contenido recortado nos arruine nuestra pasión.