Sin apenas hacer ruido, Asobo Studio sorprendió al mundo en 2019 con A Plague tale: Innocence, una intrigante y original historia que nos cautivó mediante la impecable relación construida entre los hermanos Amicia y Hugo de Rune. El estudio afincado en Burdeos demostró que las producciones AA de medio presupuesto tienen una importancia vital en la industria del videojuego, y ahora, 3 años más tarde, regresan con una secuela muchísimo más ambiciosa en el terreno argumental, jugable y audiovisual.
He de admitir que, a pesar de que A Plague Tale: Innocence me gustó mucho, pensaba encontrarme en A Plague Tale: Requiem con el tan repetido últimamente «el mismo juego 2», pero no está de más adelantaros que esta secuela ha pasado de ser simplemente uno de los títulos que me habría gustado pasarme a ser uno de los mejores juegos que he jugado en los últimos años.
Una historia que sigue fluyendo
A Plague Tale: Requiem arranca pocos meses después del desenlace de A Plague Tale: Innocence. Amicia, Hugo, Beatrice y Lucas prosiguen su camino hacia la Provenza francesa, en el sur del país, donde planean seguir investigando la enfermedad del pequeño de Rune e intentar hallar una cura de la terrible mácula.
Sin embargo, lo que comienza con signos de esperanza pronto comienza a virar hacia tonos tétricos y sombríos, con la muerte y las ratas regresando como protagonistas. La mácula sigue avanzando por el cuerpo de Hugo, las soluciones se acaban y un difuso sueño del joven puede ser la única opción que albergue la respuesta para salvarlo.
Una nueva aventura plagada de desafíos, peligros, dificultades y fuerzas naturales que ponen a prueba la integridad de los de Rune, donde Amicia gana profundidad como coprotagonista y además se suman nuevos personajes secundarios que merece la pena descubrir.
Una historia que fácilmente dobla en duración a la de su predecesor y sin incluir contenido secundario a modo de relleno. Asobo Studio ya confirmó que se tomarían el tiempo de juego necesario para cerrar su ficción, y lo han hecho de manera magistral, con una narrativa ágil, perfectamente hilvanada y que va ‘in crescendo’ con el paso de los capítulos que componen esta propuesta.
Estamos ante un largo camino lleno de obstáculos con pequeños descansos para bajar el ritmo de forma controlada, para después mantenerte atado al mando y la pantalla con sobresalientes cinemáticas que llevan a A Plague Tale: Requiem al mismo nivel que las grandes superproducciones.
Todo encaja en su mundo horrendo
A Plague Tale: Requiem sigue siendo un juego enfocado en el sigilo. Seguiremos manejando principalmente a Amicia y Hugo, normalmente, como si fueran uno solo, demostrando lo bien que maneja Asobo el hecho de poder controlar en cuanto a animaciones y funcionalidades a dos hermanos sin entrar en el “error” de tener que seleccionar a uno o a otro para determinadas acciones.
Requiem coge el mismo concepto de Innocence, pero lo mejora en amplitud, escenarios, posibilidades y añade una vertiente de acción “contenida”, gracias a los nuevos poderes de Hugo, relacionados con la mácula, aunque muy limitados solo para ciertos escenarios.
Otras sutilezas que mejoran del título anterior son que ahora Amicia puede apuñalar enemigos (al estilo Resident Evil 2 Remake), utilizar una ballesta y mejorar sus habilidades en función a cómo resolvamos los conflictos. Así pues, si optamos por pasar entre las amenazas como fantasmas, poco a poco iremos desbloqueando mejoras para esta función.
Además, la alquimia vuelve a estar presente con nuevas combinaciones que dejan lugar a la imaginación de los jugadores, para usar a nuestro favor el terreno, la luz, las ratas e incluso el propio fuego. Otra variante que es bastante fresca es que en algunos escenarios contaremos con varios acompañantes que nos ayudarán en nuestra aventura y, los cuales aportarán, con sus propias habilidades, el todo en uno que hablábamos antes.
Con todas estas posibilidades, nos encontramos con una aventura realista que deja poso en el corazón y que, aún siendo algo contenida/lineal, funciona perfectamente como debería. La sensación, con A Plague Tale: Requiem, que obtendremos a lo largo de la aventura, es de tener un desarrollo sumamente medido y gratificante.
Un diseño que evoca sensaciones, buenas y no tan buenas
El diseño de A Plague Tale: Requiem es muy similar a ‘Innocence’, alternando continuamente fases de acción, con sigilo y pequeños puzles mediante la interacción con los objetos del escenario. Sin embargo, en la secuela todo es más grande y tenemos multitud de posibilidades y caminos para resolver una misma situación. Si bien ante los soldados hay que echar más mano de las armas y plantear una buena estrategia, contra las ratas hay que ser más perspicaz y emplear con cabeza las fórmulas alquímicas para hacerse paso entre las infinitas hordas.
En cuanto al desarrollo gráfico y artístico, A Plague Tale: Requiem ha contado con un presupuesto mucho más importante que su predecesor, y cuyo impacto se ve reflejado en la grandeza y nivel de detallado de los escenarios. Nos sentiremos maravillados en algunos escenarios e incluso tendremos sentimientos de repulsión y asco con otros, por su buena recreación, vaya.
Puede que peque de repetitivo en ciertas animaciones (escalando/abriendo puertas) o con los enemigos que nos encontramos, pero al margen de las animaciones de los propios personajes, los escenarios transmiten un buen saber hacer en cada rincón. No hay ni un solo frame en pantalla que no esté pensado, que no esté detallado. Ni una pared con malas texturas, ni un cielo hecho con desganas.
Además, este realismo también ayuda a la inmersión del jugador, pues algunos escenarios parecen directamente fotografías. Iremos por bosques o caminos que bien podrían ser los que tenemos a las afueras de nuestra ciudad o tras nuestra casa. Por supuesto, a todo este realismo ayuda el sonido, pues el viento, los pájaros, las pisadas en la arena, también son protagonistas, junto a la excelente banda sonora y en especial, al menos en nuestro caso, a un doblaje al castellano para quitarse el sombrero. Quizá, esa es la guinda del pastel que consigue meterte de lleno en la aventura.
Portento gráfico y, encima, largo en duración
Con todo lo hablado en la sección anterior, ya no nos parece tanta la sorpresa de aquel momento en el que el juego se anunció únicamente para PS5, Xbox Series X|S y PC, obviando el enorme parque de consolas de PS4 y Xbox One. A Plague Tale: Requiem es un auténtico escándalo a nivel gráfico y, sin dudas, entra en el top 5 de portentos visuales de nueva generación. Es en este tipo de lanzamientos cuando sientes el verdadero salto generacional, desarrollos donde vale la pena el sacrificio para demostrar músculo técnico y exprimir el hardrware de las nuevas consolas.
En cuanto al factor técnico, A Plague Tale: Requiem funciona a 30 fps y alcanza una resolución de 1440p en PS5 y Xbox Series X|S. Quizás cierta parte de los fans echen en falta la elección entre un modo rendimiento y modo resolución, aun así la experiencia es tremendamente disfrutable de principio a fin.
Grata sorpresa nos llevamos cuando el estudio desveló que A Plague Tale: Requiem duraría entre 15 y 18 horas, casi 3 veces más que la primera entrega, y os podemos confirmar que efectivamente es así. Nuestra partida se ha prolongado durante 19 horas y ni siquiera hemos conseguido todos los extras o coleccionables, pues no existen misiones secundarias como tal.
Otro añadido es el esfuerzo por querer que los jugadores sigan jugando tras terminarlo, pues tendremos la función de Nueva Partida+, con la cual mantendremos todo lo conseguido en la primera vuelta, además de alguna que otra skin nueva. Por otro lado, los extras referidos anteriormente son flores, las plumas y los souvenirs que dan más encanto al juego. Las primeras serán para que se las ponga Amicia, las Plumas serán para Hugo y los souvenirs son como especie de pequeñas conversaciones relacionadas con el lugar donde las descubramos, algunas de ellas, muy recomendables y otras simplemente simpáticas. Pero de nuevo, nada rompe con el ritmo del juego.
Conclusión final
A Plague Tale: Innocence fue un sorprendente juego de la pasada generación y Asobo Studio ha superado todas nuestras expectativas con A Plague Tale: Requiem. La secuela es el ejemplo perfecto de aprendizaje y evolución, puesto que la desarrolladora francesa mejora en términos narrativos, jugables y audiovisuales.
La historia dobla su duración sin caer en rellenos ni contenidos secundarios. Son 16 horas de cuidada narrativa con un sobresaliente ritmo, interpretaciones, diálogos y grupo de protagonistas, donde destaca la asombrosa relación forjada entre Amicia y Hugo.
El gameplay cuida igual de bien las mecánicas de sigilo y progresa una barbaridad en la acción, implementando acertadas ideas con nuevas armas, herramientas y fórmulas de alquimia. Todo ello con una exquisita variedad, cuidado diseño y amplios escenarios con múltiples vías de avance. Y todo este conjunto lo redondea un apartado audiovisual inmejorable, con gráficos propios del potencial de las nuevas consolas, una prodigiosa banda sonora y un agradecido doblaje de las voces al español.
A Plague Tale: Requiem ya está a la venta en PS5, Xbox Series X|S y PC. Y, al igual que la obra original, es sin duda uno de los juegos más importantes del año y una aventura indispensable para los amantes del género.