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Análisis: B.I.O.T.A.

B .I.O.T.A. es un título perteneciente al género metroidvania 2D, diseñado con un estilo pixel art retro inspirado en aquello que podríamos haber visto en una consola de 8 bits, con toda su sencillez gráfica y mecánica, pero con un par de toques más modernos (aunque conservando la dificultad de la época). El título ha sido desarrollado por Small Bros y distribuido por Retrovibe para PC, salió a finales del mes de abril tras varias demos y parches de mejora, y en el que tendremos que salvar el planeta de una creciente amenaza alienígena.

Capitalismo = Malo

La historia de B.I.O.T.A. nos la explican al principio con una bonita cinemática. En resumen (aunque en realidad es bastante corta y fácil de entender), en el norte de Estados Unidos (donde pasa siempre todo lo importante en la ficción) cae un meteorito que contiene Viridium, una nueva fuente de energía mucho más potente y eficiente que cualquiera conocida en la Tierra. Viendo el potencial del Viridium, las compañías mineras del país empiezan a mandar naves al espacio con la esperanza de encontrar más asteroides de Viridum y seguir extrayendo el preciado material, obteniendo más control social y poder político que los propios organismos gubernamentales.

¿La más poderosa de todas? V-Corp. que controla casi el 70% del mercado de extracción de Viridium. Sin embargo, en el año 2177, en el asteroide Frontera del Horizonte, un nuevo organismo biológico es descubierto en una instalación minera de V-Corp, al que llamaron «El Agente» (menudo nombre raro). Cuando mandaron a una flota de científicos a investigar, la nave y su tripulación desapareció sin dejar rastro, y V-Corp, no dispuesta a perder su preciado dinero, contrata a un brutal grupo de mercenarios, conocido como el Gemini II, para averiguar que ha ocurrido. Y ahí es donde nosotros entramos.

Por lo tanto, en B.I.O.T.A tomaremos el papel de uno de los cinco mercenarios de Gemini II (aunque obtendremos más personajes según avance la historia) que han sido enviados a la extracción minera para erradicar a «El Agente».

Los controles son muy sencillos, típico de los juegos de antes; podremos saltar, disparar, usar una habilidad más potente que tiene una serie de cargas que se pueden recuperar en ciertos objetos destruibles o al derrotar enemigos y hacer walljump. Con esas pequeñas mecánicas, y la directriz de averiguar qué está pasando, tomamos el ascensor que nos permitirá adentrarnos dentro de la extracción. Dentro de ella hay enemigos, que vamos a llamar «infectados», de todas las formas y tamaños. Los más inofensivos solo están estáticos en el suelo y paredes creciendo como vegetación, nos harán daño por contacto y poco más, otros caminarán por el techo y se tirarán a lo kamikaze, si pasamos por debajo de ellos, para darnos un abracito; otros son más duros y disparan infección contra nosotros. Pero todos siguen el mismo mecanismo para ser vencidos: Llénales de plomo hasta que mueran y te den algo de ese preciado Viridium.

Al ser un metroidvania, no nos darán muchas indicaciones de hacia dónde tendremos que dirigirnos. Al bajar por el ascensor podremos ir a la derecha o la izquierda, tampoco es que podamos elegir mucho en este caso, pero el mapa se irá abriendo. Lo bueno es que siempre tenemos un mapa accesible pulsando la M, que nos mostrará todas las salas que componen esa parte del mapa, sus conexiones, y, además, marcará salas de especial interés como los ascensores que servirán de viaje rápido o los puestos del mercado negro. Estos últimos harán la función de tiendas en las que comprar munición para nuestro ataque especial y mejoras que nos permitirán seguir avanzando, a cambio del Viridum que hemos obtenido en nuestros viajes.

BIOTA mecha
Las secciones con el mecha se vuelven una fiesta de aporrear botones y causar genocidio indiscriminado.

Un popurrí mecánico

La marca metroidvania también se ve reflejada en la forma de avanzar, que será cumpliendo una serie de objetivos para poder vencer a un enemigo o acceder a una nueva zona. Un gran ejemplo de esto es el principio del juego, donde necesitaremos atravesar una puerta para poder continuar, dicha puerta solo se abre con un mecha. Afortunadamente, hay uno al lado (magia narrativa, dirían algunos), sin embargo, no nos podemos montar en dicho mecha porque no tiene gasolina. Una vez encontremos la gasolina en un mercado negro, veremos que cuesta 350 de Viridium mientras que el límite que podemos portar a esas alturas es de 100, así que habrá que buscar cómo ampliar nuestra capacidad de Viridium, conseguir el dinero, comprar la gasolina, volver al mecha, encenderlo y, ahora sí, avanzar por esa puerta.

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Lo dicho es algo que, sí sabes dónde tienes que ir y qué pasos tienes que seguir, se hace en un momento, y más sabiendo que en el mapa junto a los mercados negros te marcan en un cuadro el «objeto clave» que puedes comprar allí. Sin embargo, no me extrañaría que a alguien este sistema le parecería tedioso y repetitivo.

B.I.O.T.A. mezcla conceptos mecánicos de los juegos de antes con unos toques de actualidad para que no se sienta muy desactualizado con los estándares actuales de la industria. Por ejemplo, una vez nos maten (cosa extremadamente fácil, habiendo tantas trampas que hacen insta-kill) perderás todo el progreso de exploración y Viridium que hayas recogido desde que pasaste por el último punto de guardado hasta el lugar donde moriste. Pero luego, si pulsas la X, puedes guardar en cualquier momento, siempre y cuando la sala en la que te encuentres no contenga enemigos, trampas o proyectiles en el aire. Así que, los puntos de control repartidos por el mapa se vuelven algo inútiles.

Otro punto curioso es la vida: No tenemos manera de curarnos, salvo unos robots repartidos de manera muy esporádica a lo largo del mapa (aunque hay uno en nuestro campamento base) y los drops de salud al romper objetos son, cuanto menos, escasos. Es por eso que tenemos un teletransportador como objeto activo que podemos activar desde la pantalla del mapa. Este objeto nos permite ir de forma rápida a la base, que combinado al sistema de viaje rápido de los ascensores, facilita nuestro desplazamiento a lo largo de la zona de extracción y áreas colindantes.

B.I.O.T.A Base
En nuestra base podremos elegir cuál de los mercenarios de Génesis II queremos controlar.

Sonidos de antes, visuales de ahora

B.I.O.T.A. usa un gran componente nostálgico en su apartado sonoro y visual. El estilo artístico es un trabajado pixel art en 8 bits. Como otros títulos actuales que imitan este aspecto (un gran ejemplo podría ser Infernax), cuenta con diseños mucho más elaborados a los de la época de referencia, para bosses y algunos detalles puntuales. Además, otro punto positivo de B.I.O.T.A. es que podremos modificar la paleta de colores (que son únicamente una combinación de cuatro colores). Partiendo del violeta que viene por defecto, podremos utilizar unos tonos más claros u oscuros, dependiendo de nuestras preferencias, e incluso, emplear la paleta en escala de verdes como la Game Boy original (si es que tus ojos pueden aguantarlo. No es mi caso), añadiendo cierta personalización y la posibilidad de jugar con el aspecto visual que más nostalgia te dé (o epilepsia, ahí yo no me meto).

La música está bien, así como el diseño sonoro, ambos en 8 bits, con detalles chiptune y bastante animada en general. A veces, como con todos estos juegos, al estar dando vueltas por la misma área, buscando por dónde ir, nos podemos cansar de la misma melodía de un minuto repetida hasta el hartazgo, pero eso pasa mucho en este género, al igual que en los roguelikes. Por lo tanto, no voy a calificarlo como un fallo único de este juego, pero sí que es algo a tener en cuenta si eres nuevo.

B.I.O.T.A Paleta
La paleta de cuatro colores se puede cambiar en cualquier momento desde el menú de pausa.

Conclusión final

En general, B.I.O.T.A. es un título cortito y sencillo, medianamente difícil (sobre todo al principio, que carecemos de mejoras de armas y salud) pero, ante todo, disfrutable. Con este juego puedes volver a lo retro, algo que ha vuelto, desde hace ya un tiempo, a ver un resurgimiento reciente, tirando de nostalgia y tropos de géneros que tanto conocemos, pero ignorando la evolución que han sufrido a lo largo de las décadas, volviendo a sus raíces. La historia es cliché, los personajes bastante planos, el sistema de combate simple y el gameplay, en su núcleo, repetitivo. Y con todo esto, aun así, puedo decir que he disfrutado B.I.O.T.A., no es un juego de 10, no es una obra maestra, tampoco creo que lo esperase, pero es un metroidvania disfrutable que te puede dar varias horas de diversión (o frustración), y eso es lo que importa.

Si te ha interesado lo que has leído por aquí, te recuerdo que B.I.O.T.A. está disponible en Steam y GOG por unos 10 euros, más o menos.

B.I.O.T.A V-Corp
Repetid conmigo, chicos: Las oligarquías capitalistas están mal.

Adrián Álvarez

Integrador Social y apasionado de los videojuegos, Cofundador y redactor de Helgames y un amante de los Soulslike y Roguelikes.

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