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Análisis: Card Shark

Voy a comenzar este análisis dejando las cosas claras (o mejor dicho, dejando las cartas sobre la mesa, diría que es lo apropiado hablando de este juego). Yo soy un inútil en los juegos de cartas, no me conozco los nombres, las reglas ni las estrategias de ninguno de estos pasatiempos. Vamos, incluso me podría considerar un inútil al solitario, que se estresa porque lleva horas dándole a la baraja sin mucha suerte de encontrar lo que quiere.

Sin embargo, sí que me gustan los puzles y los juegos donde, con un par de mecánicas, te ponen frente a un gameplay de lo más innovador y entretenido, como es el caso de Card Shark, que junta el azar de los juegos de cartas con la certeza de que vas a ganar en un sistema de minijuegos para hacer trampas.

Card Shark es un título de aventuras y puzles desarrollado por Nerial y distribuido por Devolver Digital (que muy amablemente nos ha entregado una clave para su análisis), en el que, y siento mucho decir esto, no hay tiburones. Si lo sé, podemos recoger, hemos sido estafados, el juego tiene tiburón en el título y en las horas que he jugado no he visto ni un solo tiburón. Sin embargo, al igual que yo me he sentido estafado con este engañoso título, en Card Shark nos piden estafar a la nobleza francesa, por lo que, sin duda, es un buen consuelo.

La simpleza de la nobleza

Comenzaremos la historia como un don nadie, un camarero mudo en un antro de la Francia del siglo XVIII, sirviendo vino y aguantando a nuestra patrona para ganarnos el pan. Hasta que un día un personaje muy peculiar entra al establecimiento, el Comte de Saint-Germain, que nos pedirá un favor. Nosotros le echamos una mano para estafar a un par de nobles y él nos da algo de dinero y una oportunidad de salir de la miseria. Y, sin nada que perder, aceptamos.

Ahí es donde comienza la verdadera historia de Card Shark, la historia del mejor timador de toda Francia. El Comte nos explicará algunas de sus refinadas estrategias para ganar a las cartas, como espiar por encima del hombro a nuestro rival mientras servimos vino o barajar de tal manera que, mientras nuestro oponente cree que todo está bien, nosotros prepararemos las cartas para tener la mejor mano.

Claro está, una cosa es timar a un borracho en una taberna perdida de la mano de dios y otra es timar a un noble de alta cuna. Sin embargo, no estamos solos, el Comte nos presentará a dos de sus amigos estafadores en el campamento de los Cascarots, al que nos guiará. Por un lado, Ireneo, un cojo muy ingenioso que nos enseñará un par de trucos; y el Mago, un amable caballero que nos mostrará unas técnicas mucho más refinadas que las del Comte, además de permitirnos donar dinero a su causa. Esto parece contra intuitivo, pero donar dinero es una opción inteligente para no ser desplumados si una argucia nos sale mal, además el Mago nos echará una mano cuándo lo necesitemos.

Aquí el objetivo está claro, la sociedad francesa se mueve por el dinero, por el dinero y por el juego. Así que, tendremos que ir a lo largo de toda la comarca buscando a jugadores cada vez más experimentados y dejarles sin blanca. Si lo hacemos de forma justa, se impresionarán por nuestra increíble habilidad en las cartas, además de pagar todo lo que hayan apostado. Y, si tenemos suerte, quizás escuchemos algún rumor que nos permita acceder a un sitio de mayor postín, donde las partidas, y la información, se pagan más caras. Eso será lo que estamos buscando, no solo bañarnos en libras, sino información sobre una conspiración conocida como, «Las Doce Botellas de Leche», que compete al rey y sus hombres mas leales, y que el Comte está investigando.

card shark campamento
El campamento de Cascarots servirá como base de operaciones para nuestros timadores.

Manos rápidas  y carteras ligeras

Pero bueno, basta de palabrería, vamos a hablar del gameplay. Lo primero es lo primero, antes de que hablen las cartas, hablaran los bolsillos. Cada mesa en la que participemos tendrá una apuesta mínima, que puede ser desde unas míseras 10 libras a más de 400 en lugares de postín. Una vez las monedas están sobre la mesa, comienza la partida. Antes de la misma, durante nuestro viaje, el Comte nos contará las estrategias que usaremos durante el engaño.

Estas estrategias constatan una serie de minijuegos que, en el caso de que juegues con teclado y ratón, como hice yo (todo un rebelde, porque nada más empezar te sale un aviso bien gordo de que el juego es mejor con mando); te pedirá que pinches, arrastres y pulses de determinadas maneras para hacer los juegos de manos necesarios. Durante este viaje previo, podemos practicar todas las estrategias, sus pasos individuales, así como el número completo. Ahora sí, hay una gran diferencia entre las prácticas y el engaño de verdad; la paciencia de nuestro rival. En la parte inferior de la pantalla aparecerá una barra que incrementará conforme nuestro oponente sospeche de nosotros.

Si hacemos apuestas demasiado elevadas, cantamos demasiado al hacer trampas o nos quedamos demasiado tiempo embobados buscando esos jugosos ases en la baraja, empezarán a desconfiar. Cuando las cosas se están empezando a calentar, tendremos la opción de retirarnos con lo que sea que hayamos conseguido y volver más tarde, o seguir forzando la suerte y jugar más. Si nuestro oponente llega al máximo de sospecha, cesará la partida, y pueden pasar una de dos cosas.

En el mejor de los casos, el incrédulo al que estábamos intentando desplumar llamará a los gendarmes, que nos llevarán a la cárcel. Sin embargo, no estaremos entre rejas mucho tiempo, el Mago vendrá a nuestro rescate y con parte de esos fondos que donamos al campamento (te dije que eran útiles) pagará nuestra fianza. Eso sí, perderemos ese dinero. En la segunda opción, aquel que nos descubra como tramposo, se tomará la justicia por su mano y, bueno, no nos dará tiempo para juicios ni encarcelamientos.

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Pero no pasa nada, tenemos mucha mas suerte que maña y, tras «morir», despertaremos en una nueva habitación donde aparecerá la Muerte, que nos ofrecerá un trato para volver a la vida. O bien le entregamos nuestra alma, o le ganamos a una partida de cartas. Y yo no se ustedes, pero la segunda opción me parece mas plausible. Si conseguimos engañar a la muerte en su juego, regresaremos a la vida justo antes de nuestra última visita para jugar. Si perdemos, tendremos una segunda oportunidad. Si la volvemos a pifiar, en vez de otra partida, tendremos que tomar una decisión: o bien le damos a la Muerte todo nuestro dinero, o bien jugamos una última vez. Pero esta última opción borrará nuestra última partida guardada. Es decir, si perdemos, habrá que comenzar desde el principio del juego.

Card Shark Muerte
Si bien te puedes sentar en la silla mas grande, hay que ser humilde para engañar a la muerte.

Un estilo que cautiva

Luego, si hablamos del aspecto sonoro y visual, es una absoluta delicia. Su estilo es como si estuviéramos en un cuadro. El movimiento de los personajes, que a veces es bastante cómico; las expresiones faciales que hacen al hablar con nosotros (o las que podemos hacer nosotros al hablar con ellos) dicen mucho mas que cualquier diálogo. La música tiene esa grandeza de la nobleza, con algunos toques de misterio y tensión en algunas piezas.

Los diferentes escenarios donde nos moveremos también tienen todos su encanto, desde la posada donde comenzamos a los palacios y cortes de los más distinguidos miembros de la Francia de la Ilustración. Los diálogos entre los personajes denotan cierto humor, aunque siempre con los tonos de la conspiración que iremos desentrañando partida a partida. Además, la aparición de personajes históricos reales como Voltaire, lo hace todo mucho más situado en la realidad de lo que su aspecto podría indicar.

En cuestión de elecciones, tenemos muy pocas, bien es cierto que podremos reaccionar haciendo diversas muecas cuando se nos permita en los diálogos (nuestro personaje es un protagonista mudo porque no tiene lengua, literalmente), pero en general nuestras acciones tienen muy poquitas consecuencias, salvo momentos muy concretos tirando ya hacia el final del juego.

También me gustaría mencionar dos cositas rápidas: la dificultad y el sistema económico. Modos de dificultad solo hay dos: el normal, donde cada vez que mueras jugarás con la muerte por tu alma; y la difícil, donde hay permadeath, y ya. Quizás, estaría bien un modo de dificultad donde los oponentes perdieran el temple más rápido o los trucos requieran de pasos más complejos para efectuarlos (como los últimos que te otorgan). La muerte permanente como opción de dificultad no es difícil, es tedioso. No es algo que te haga jugar mejor, sino que te otorga más presión de la que ya tenías.

En cuanto al sistema económico de Card Shark, hay un detallado con las apuestas que supongo que algunos supondrán, pero sigue siendo importante mencionarlo. Una vez ganemos una ronda, la apuesta mínima de la mesa se duplica. Bien es cierto que, siempre podemos subir la apuesta a la cifra que queramos, pero hay que tener en cuenta que en la próxima ronda tendremos que jugarnos el doble de esa cantidad.

Además, hay una tercera conclusión a una partida. Si en lugar de ser pillados o dejar a nuestro oponente sin blanca somos nosotros los que nos quedamos con lo puesto, tendremos que retirarnos de la mesa al no cumplir con los fondos suficientes, y aquí se nos abren dos opciones. Si realmente estamos completamente arruinados, podemos pasarnos por el Campamento, y el Mago muy amablemente nos dará 40 libras del fondo de donaciones para comenzar de nuevo. Si conseguimos salir con algo de parné de nuestra incursión fallida, hay una mesa especial, donde los que apuestan tienen dinero infinito y nos podremos quedar cuanto queramos, mientras no nos pillen haciendo trampas.

Card Shark sospecha
La barra de sospecha subirá lentamente conforme hagamos actividades sospechosas, hay que saber cuando retirarse a tiempo.

Conclusión final

En conclusión, Card Shark es un título con un concepto muy interesante. Nunca pensaría que me iba a gustar tanto un juego de timar jugando a las cartas. Además, no es solo eso, y es que lo nuevo de Nerial está ejecutado de una forma sencilla y entretenida, con base en un sistema de minijuegos que nunca se hace del todo repetitivo, debido a la gran cantidad de ellos y a la variedad entre los mismos.

La verdad es que, el juego no dura lo suficiente para que se te haga repetitivo. Con unas 2 horitas y media, si no la lías mucho y no te paras a robar de manera indiscriminada a los pobres y desamparados oligarcas franceses (cosa que es lo moralmente correcto). Pero bueno, su duración no juega en su detrimento, aunque si es verdad que te deja con ganas de más a nivel jugable, pero en su ejecución narrativa cumple con una historia redonda que te deja en tensión constante, porque antes que un juego de timar, Card Shark, es un juego de averiguar. Así que, coge tu mazo, prepara tus mayores engaños, y descubre los secretos que hay tras la conspiración de «Las Doce Botellas de Leche».

Si te interesa todo lo que he contado, te recuerdo que Card Shark está disponible en Steam y la Nintendo eShop de Switch por 14,99 €, y los vale. Lo recomiendo encarecidamente, aunque no te culparía si, por su duración, decides esperarte a una rebajita.

card shark espiar
Mirar las cartas de nuestro oponente por encima del hombre es una estrategia simple, pero muy efectiva.

Adrián Álvarez

Integrador Social y apasionado de los videojuegos, Cofundador y redactor de Helgames y un amante de los Soulslike y Roguelikes.

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