Por el año 2020 llegaba en acceso anticipado el primer juego de los brasileños, Cadabra Games. Un dungeon crawler en vista isométrica de lo más tradicional, pero dándole un toque propio, ya que hace una curiosa mezcla con la captura de criaturas al más puro estilo de Pokémon. Ahora, 3 años después y tras mejorar y arreglar todos los fallos de su versión early access, nos llega la versión definitiva de este peculiar juego.
Quiero comenzar por la historia, así nos la quitamos de encima, puesto que, resumiendo, es bastante testimonial. Somos uno de los llamados adoradores, los cuales tienen el deber de proteger a las criaturas de este peculiar mundo, pero además nuestro personaje lleva dentro el espíritu de Draknar, el dios supremo del ecosistema del juego, el cual llevaba desaparecido mucho tiempo. Este mundo ha sido maldecido por el malvado Ixer, un ser poderoso que lucha para hacerse con el control total del planeta.
Es fácil imaginarse donde vamos a llegar. Nuestro propósito es el de hacernos cada vez más fuertes para poder vencer a este poderoso ser y salvar al mundo de la maldición que lo asola. No creo que la propia compañía haya querido darle más complejidad a la historia y simplemente se ha molestado en dar un contexto al progreso del juego. Algo que, a decir verdad, cumple sin problema. El juego nos irá dando pequeños diálogos que nos motivarán a ir completando las misiones, sin perder el enfoque en lo que realmente importa, la captura de criaturas.
La jugabilidad a base de la captura de criaturas es, con diferencia, lo más divertido de este Adore
Para explicar un poco la jugabilidad, es necesario empezar por la base diferenciadora del juego de Cadabra Games, estamos hablando de la captura de criaturas, y es que en este dungeon crawler todas nuestras habilidades se basan en los poderes de estas. Nuestro personaje, aparte de una habilidad bastante testimonial, el resto de sus poderes vienen dados por las criaturas que elijamos. Podremos llevar equipadas hasta 4 diferentes y de la buena elección de estas criaturas dependerá en gran parte nuestro éxito en las diferentes mazmorras.
Para capturarlas tendremos que llevar a cabo una especie de minijuego, bastante repetitivo, por cierto, si lo conseguimos nos darán la criatura y una esencia elemental, la cual sirve para crear sinergias con otras criaturas. El minijuego en cuestión no funciona del todo bien, ya que nos hace recibir sí o si daño, además de no ser muy preciso en muchas ocasiones. En total tendremos 39 criaturas diferentes divididas en 4 poderes elementales (bestia, naturaleza, arcano y místico), las cuales están muy diferenciadas entre ellas, siendo totalmente diferente jugar con unas o con otras.
Al igual que muchos juegos de este estilo, toda la gestión de misiones, equipamiento y demás se lleva a cabo en una especie de nexo central, en este caso es la aldea. En esta aldea podremos gestionar nuestras criaturas, generar las sinergias entre ellas y equiparnos los diferentes amuletos y runas. Todas ellas nos darán diferentes pasivas para mejorar nuestro personaje.
Además, también tendremos una tienda y una especie de cocinera que nos creará los objetos curativos. Adicionalmente, también tendremos la zona de elección de mazmorras. Toda esta zona funciona de una manera lo más simplista posible, lo que casa perfectamente con el resto del juego.
Las mazmorras son una de las grandes pegas del juego, pecando de falta de variedad de objetivos
Hablando de las mazmorras, como hemos dicho, a todas ellas entraremos desde el nexo central, siendo relativamente aleatorias y estando divididas en 5 ecosistemas diferentes. Estos ecosistemas se irán desbloqueando según vayamos completando las misiones de historia. Comentar que todos los materiales y criaturas salen aleatoriamente mientras completamos estas estancias. Sin duda, estas mazmorras son lo más flojito del juego.
Son dungeons muy cortitas, completamente planas y sin ningún tipo de camino secundario. No existen ningún puzzle ni nada por el estilo, además de adolecer de una gran falta de variedad de objetivos. La mayoría de ellas consisten en matar a todas las criaturas del mapa, solo en algunas situaciones nos darán algún otro objetivo secundario, como el típico activar unos interruptores y poco más. Al final, aunque la jugabilidad a base de criaturas es muy divertido, esta falta de variedad en las misiones hace que acabes sintiendo el juego repetitivo a las pocas horas de comenzarlo.
Al ser un juego de mazmorras y progresión del personaje, el juego tiene la duración que uno le quiera dar, pero si nos centramos en completar las misiones de historia, el juego nos puede llevar algo menos de 10 horas, una duración más que aceptable.
El diseño de las criaturas es lo más destacable en lo referente al apartado artístico del juego
Gráficamente, usa el popular motor Unity, al cual apenas saca provecho, ya que, en general, es muy mediocre. Los escenarios son completamente planos y al igual que los personajes apenas gozan de mucho detalle. A decir verdad, no hay absolutamente nada destacable en este apartado. Por poner algo positivo, el diseño de las criaturas sí que destaca por encima que el resto, pero aun así no es juego que entre por la vista.
En temas de sonido y banda sonora, pues más de lo mismo, el sonido cumple sin más y la banda sonora es casi inexistente, repitiéndose la misma melodía una y otra vez. Decir que el juego no tiene voces, pero todos los textos y menús están completamente traducidos al español.
Conclusión final
En conclusión, un juego muy directo, sin muchas pretensiones en general, pero que todo lo que hace lo hace bien. El coleccionismo de criaturas es muy divertido, la sensación de progresión es decente y la jugabilidad basada en las habilidades de estas criaturas es lo suficientemente variada como para paliar lo repetitivo que se pueden hacer las mazmorras. Si te gustan los dungeons crawler y te apetece un juego directo para pensar poco, Adore es una buena recomendación. El juego está disponible en todas las consolas y PC.