Como niño de principios de este siglo, he tenido muchos referentes en series y películas, pero quizá podría decir que he tenido más en animes. Gracias a la programación de la televisión pública en un inicio, y a la que tuvieron más tarde las televisiones privadas que emitían en abierto, pude disfrutar de gran variedad de series de animación japonesa. Aun así, si tengo que elegir una que me marcara, y que me haya dejado anécdotas curiosas, probablemente hablaría de Shin-Chan, la historia de Shinnosuke Nohara, la mayor expresión de un niño travieso, pero también un gran exponente de la cultura popular de la época.
Por ello, crecí jugando videojuegos de Shin-Chan, especialmente en Nintendo DS, donde disfrutaba sin descanso de las aventuras de este niño tan particular. Aun así, hasta ahora no he podido disfrutar de Mi verano con el profesor, un juego que me llamó desde el principio, pero que por ciertas circunstancias me ha sido imposible jugarlo.
Aun así, su premisa me entusiasma, y por ello no pude evitar la tentación de jugar Nevado en Carbónpolis, un título que rescataba hasta cierto punto la premisa de su predecesor, pero que se situaba en un ambiente mucho más particular. Ahora ya puedo decir que he exprimido su premisa hasta la saciedad, y creo que estoy totalmente preparado para contarte todo lo que tienes que saber sobre este nuevo juego de Shin-Chan.
La mayor expresión de juego cozy
Cuando hablamos de «juego cozy» nos estamos refiriendo a títulos que tienen como mayor objetivo la relajación del usuario. Sí, ofrecen bastante interactividad, pero esta suele ser bastante rutinaria y simple, al mismo tiempo que suele ofrecer personajes interesantes, una banda sonora a la altura, y un estilo artístico que logre captar el alma del juego. Esto para muchos puede sonar aburrido, y debo reconocer que he tenido momentos en mi vida en los que me habría sumado a este grupo de personas, pero la verdad es que si se hace bien terminan siendo juegos impresionantes.
Ya puedo decir que este es el caso de Shin-Chan: Nevado en Carbónpolis, un juego que sobre el papel abusa de una serie de mecánicas algo manidas y repetitivas, y en muchos casos no del todo bien planteadas, pero que sabe mantenerse fresco durante todas las horas que quieras echarle. No es un juego para todo el mundo, y eso debo avisarlo desde el primer momento, pero sí que es un título que se aprovecha mucho de esa partidas cortas pero planeadas.
Por hablar más en detalle de mi experiencia, en un primer momento decidí disfrutar de este título en mi PC de forma íntegra. No puedo decir que mi tiempo de juego de esta forma fuera malo, pero la verdad es que resultaba algo exasperante, especialmente porque estamos hablando del mismo lugar en el que trabajo a diario. Por ello, tomé la decisión de trasladar mis sesiones de juegos a Steam Deck, donde pude tener una experiencia mucho más desenfadada, especialmente cuando jugaba desde la cama o el sofá.
Con todo esto no quiero decir que sea un juego que solo se pueda disfrutar en portátil, sino que estamos hablando de un título que se amolda a ti. Ofrece una experiencia sencilla pero bien planteada, que tiene como máxima ser un juego de lo más relajante, al mismo tiempo que aplica elementos de títulos similares exitosos, y yo no pude llegar a disfrutarlo del todo hasta que no cambié mi enfoque.
Aunque no es perfecto
Ya lo he dejado caer con anterioridad, pero no estamos hablando de un juego excepcional. Shin-Chan: Nevado en Carbónpolis cumple su propósito con creces, y probablemente enamorará a todo aquel que disfrutara de su predecesor, pero no es un juego perfecto ni mucho menos. Quizá su mayor problema sea el hecho de que sus mecánicas se basan mucho en su estatus como «juego cozy», desechando desde primera hora cualquier atisbo de profundidad en las mismas. Esto está bien y es correcto en esta clase de juegos, pero en este caso se ha hecho hasta tal extremo que de primeras resulta incómodo, algo que se ejemplifica bien con lo poco responsivo que resulta el control al tratar de atrapar un insecto o un pez.
Por supuesto, hay que ser consciente de que se está jugando. Estamos hablando de un título que se enfoca en otras cosas, y que no tiene esa atención al detalle que esperamos de otra clase de videojuegos. Aun así, es importante señalar que no es un título perfecto, lo que no evita que pueda decir que mis horas jugadas han sido de lo más agradables.
Además de todo esto, la estructura de sus escenarios es algo complicada de entender. Esto se nota especialmente cuando te encuentras con paredes invisibles que pueden ser bastante molestas por momentos, algo que se acentúa en los casos que el juego parece indicarte de varias maneras posibles que sí puedes avanzar por esa zona. Cabe destacar que esto es parte del diseño de escenarios de este título, y que al poco tiempo de empezar a jugar te acabarás acostumbrando, lo que no quita que en unos primeros momentos resulte algo incómodo y engorroso.
Artísticamente apabullante
Esto es claramente lo que primero entra por los ojos, y es que sí, Shin-Chan: Nevado en Carbónpolis es un juego precioso, y que hace gala de un estilo artístico que está a la altura de la serie original. No es una maravilla de la ingeniería ni algo por el estilo, y prácticamente cualquier PC actual podrá moverlo sin problema, pero es un título que tiene alma en lo artístico, algo que hoy en día no es tan común de conseguir.
Desde los diseños de personajes apegados a la obra original, hasta los escenarios con este estilo que parecen pintados a manos, todo en este título rezuma gusto en lo artístico, y es una verdadera maravilla poder disfrutarlo de primera mano.
Por supuesto, también es destacable su aspecto sonoro, compuesto por una banda sonora muy adecuada para este tipo de título, y un doblaje que únicamente podremos encontrarlo en japonés y otros idiomas asiáticos. No voy a decir que esperaba poder disfrutarlo con el reparto original de voces en español, pero la verdad es que hubiera sido un gran detalle, especialmente teniendo en cuenta el gran éxito que tuvo la serie original en nuestro país.
Conclusión
Shin-Chan: Nevado en Carbónpolis que carece de grandes aspiraciones, y quizá eso le pasa algo de factura en ciertos elementos jugables, pero que al mismo tiempo logra ofrecer una experiencia que enamorará a todo aquel que haya crecido viendo Shin-Chan. Es divertido, fresco y relajante, todo lo que sus responsables probablemente buscaban a la hora de ofrecer esta experiencia, por lo que desde aquí debo decir que es un título más que recomendable.
Este videojuego ha sido analizado gracias a una copia del juego proporcionada por JF Games.