Tengo que reconocer que Sifu me llamó la atención desde sus primeros tráilers, con aquel rollo tan cercano a las películas de artes marciales más clásicas. La estética me llamaba, la premisa también, y mejor no hablo de aquella mecánica de envejecer cada vez que mueres. Todo conjugaba para convertirse en uno de mis juegos más esperados del año 2022, pero cuando llegó su fecha de lanzamiento original (en febrero de este mismo año) fui incapaz de adquirirlo, debido principalmente a cierto juego que empieza con Elden y acaba con Ring.
Ahora, por fin, he tenido la posibilidad de jugarlo durante varios días, incluyendo además la nueva actualización que fue lanzada hace poco, y a continuación os contaré qué me ha parecido este título y si mis expectativas han sido cubiertas.
Una historia de venganza con un toque místico
Creo que todos hemos visto alguna vez, ya sea en el cine o en la pequeña pantalla, alguna historia de venganza, ya sea por la muerte de un ser querido, por algún robo o por cualquier otro motivo. Esto es tan así que se suele considerar el uso de esta premisa como si fuera algo predecible y repetitivo, por lo que cada vez menos producciones deciden optar por esta trama (aunque no han desaparecido en absoluto). Las personas que hayan jugado a Sifu o hayan visto algún gameplay de este, ya sabrán por qué hablo de esto, pero para los que no lo hayan hecho, solo os diré que la historia se centra en la venganza que quiere llevar a cabo nuestro protagonista.
No entraré en más detalles sobre la trama, a pesar de que desde ya os digo que, su relevancia es escasa. Lo más curioso es que esta escasez de desarrollo e importancia de la propia trama dentro del título no es mala, sino que consigue centrar la atención sobre lo que es verdaderamente importante aquí: el gameplay.
Dejando un poco de lado la importancia en sí de la trama principal o de su simpleza, he de decir que hay un detalle que me ha fascinado y que no pensé que lo haría tanto: los escenarios. Puede parecer que esto no tiene nada que ver con la historia del juego (y yo de primeras también lo pensé) pero realmente el diseño de los escenarios consigue contarte una historia. En cada nivel nos encontraremos al final a un jefe a derrotar, y es que la personalidad de cada uno de estos jefes se ve impregnada en todos los escenarios que conforma el nivel. Puede resultar un detalle insignificante, pero esto consigue dar mayor trasfondo a estos personajes y nos permite conocer un poco más de estos enemigos a derrotar.
Un combate exquisito
Realmente poco tengo que decir del combate de Sifu que no se haya dicho ya. Simplemente es impresionante, satisfactorio y de lo más desafiante. Sí tuviera que hacer un símil para que podáis entender su grandeza, diría que es algo así como un cruce entre el combate de espadas de Sekiro: Shadows Die Twice y los enfrentamientos de cualquier buena película de artes marciales. Puede que a muchos esto no os llame, pero desde ya os digo que es de los combates más gustosos y vistosos que me he encontrado en mucho tiempo.
Puede que hayáis visto numerosos vídeos por internet en los que diferentes usuarios consiguen hacer coreografías que ni el mismísimo Jackie Chan podría lograr, pero desde ya os digo que para esto hay que practicar bastante. Sifu requiere bastante de ti, obligándote a memorizar patrones de ataques para poder conocer de memoria sus ventanas, o dicho en otras palabras, conocer de memoria en qué momentos puedes atacar sin que te partan la mandíbula. Esto se une a una barra de vida escasa y a la mecánica de envejecer. Con todo esto, ya tienes un juego realmente complicado, tanto es así que me costó bastantes intentos conseguir llegar al tercer nivel sin que me quedara un suspiro de vida.
Por suerte, para aquellas personas que no contéis con el tiempo necesario para jugarlo en su dificultad normal, tenéis desde hace poco disponible una actualización que es perfecta para vosotros. En concreto, en esta actualización se añadieron una serie de niveles de dificultad, siendo los añadidos básicamente el nivel de dificultad fácil y el difícil. Desde ya os digo que la elección de un nivel de dificultad no afecta tanto a la experiencia, porque el juego no parece querer llevarte por un pasaje de sufrimiento, sino que más bien quiere hacernos recorrer el camino del autodescubrimiento y, por qué no decirlo, también quiere permitirnos hacer coreografías impresionantes. He probado los otros dos niveles de dificultad y, sí, se nota bastante el cambio, razón por la cual recomiendo jugarlo en su dificultad normal, pero si no sois capaces, sea por la razón que sea, siempre tenéis esta posibilidad.
Más allá de todo lo mencionado, me gustaría decir que el juego da muchas opciones al jugador para eliminar a los enemigos necesarios al gusto, desde usar nuestros puños hasta recoger armas, botellas o incluso ladrillos del suelo para hacer el trabajo de manera más fácil. Entre las mecánicas que parecen querer afectar al gameplay en sí, se encuentra la del envejecimiento, es decir, aquella que nos hace envejecer cada vez que morimos, haciéndonos más fuertes pero a la vez perdiendo vida poco a poco. Esto, además de que ayuda a terminar el título con la menor cantidad de años posibles en tu meta, intenta afectar al combate en sí, pero en la práctica no se nota tanto. Sí, puedes notar que la vida baja porque se ve visualmente (parte de la barra se vuelve gris), pero la diferencia no es tan apreciable, ni en cuanto a la vida ni en cuanto al daño. Esto hace que la mecánica se sienta un tanto desaprovechada, aunque ya os digo que lo mejor de esto es poder ver a nuestro personaje anciano, porque es el mejor diseño de personaje que podemos ver en todo el título.
Un diseño artístico muy bueno, con un acabado que está a la altura
Si os soy sincero, cuando vi este título por primera vez no me encantó su apartado gráfico. No sabría decir exactamente el motivo, pero consiguió encandilarme por su combate y no por su apartado gráfico, sin embargo, debo decir que ha conseguido callarme la boca. El verlo ya en movimiento es una experiencia, porque no tendrá los diseños más realistas, pero sí que consigue bien su cometido. Por supuesto, la mayor parte de este reconocimiento debe llevárselo el diseño artístico.
No miento cuando digo que el diseño artístico de Sifu es impresionante. Al principio, no lo parece, dado que el primer nivel es el más simplón en este aspecto, siendo únicamente algo así como una fábrica (mejor no digo de qué es la fábrica, pero os lo podéis imaginar). Ya cuando avanzamos al segundo nivel, este consigue sorprendernos, con luces neón y una iluminación muy bien llevada, pero la verdad es que el culmen viene cuando llegamos al tercer nivel. No entraré en detalles, pero es realmente espectacular. Esto, además, viene acompañado por un muy buen uso de los diferentes ángulos de cámara, destacando dos momentos en los que la cámara pasa de estar al hombro del personaje para ponerse en 2D, lo que hace que gane un toque de epicidad y de variedad.
Por hablar un poco de la banda sonora diré que, no es nada memorable, pero cumple perfectamente su función. Sí tuviera que destacar algo en este apartado es que las canciones que escuchamos en los enfrentamientos contra jefes resultan estar bastante bien, consiguiendo amenizar estos enfrentamientos que en muchas ocasiones se pasan de dificultad.
Una optimización que podría estar francamente mejor
Es bastante común encontrar juegos muy mal optimizados para PC. En el poco tiempo que llevo jugando en esta plataforma, me he dado cuenta de que muchas compañías parecen no dedicar esfuerzos a que sus usuarios de PC puedan disfrutar en condiciones óptimas de sus títulos. No pondría a los creadores de Sifu, Sloclap, en el mismo saco que a este tipo de compañías, primero porque su juego funciona bien en casi todo momento, y segundo porque son una compañía pequeña; pero sí que quiero comentar los problemas que he tenido.
Para empezar, me gustaría dejar claro que mi PC cumple con los requisitos recomendados del juego y con creces, y para que os hagáis una idea he podido jugar tanto Far Cry 6 como Forza Horizon 5 en sus calidades máximas y a más de 60 fps, por lo que en principio no debería tener ningún problema. Curiosamente, esto es así en casi todo momento, pero al cambiar de zona el bajón de frames es inevitable, siendo bastante notable e incluso molesto. No estropea la experiencia porque el juego no te pone enemigos nada más entrar en una zona, o al menos no que te ataquen nada más entrar en ese lugar, pero sí que resulta incómodo. Por lo demás, debo decir que en combate la tasa de frames es completamente estable y gracias a Nvidia DLSS alcanza unas tasas muy altas en las configuraciones gráficas máximas.
Por otro lado, tengo que decir que no me he encontrado ni un solo bug en toda mi aventura, siendo una experiencia prácticamente impoluta en cuanto al apartado técnico, si es que dejamos fuera lo mencionado anteriormente.
Conclusión final
Al fin de cuentas, Sifu es un juego impresionante, que sin duda estará en las quinielas para los GOTY (Game Of The Year) de este año 2022, y, por lo menos para mí, se ha convertido en el segundo mejor juego de este año (al menos de los que he probado) y, sin duda, en el mejor juego que he analizado hasta la fecha en lo que llevamos de año. Su combate y su diseño artístico son sus grandes bazas, y vaya bazas. Todos los demás apartados no consiguen destacar especialmente, pero tienen su magia y consiguen complementar perfectamente a los anteriormente mencionados. Esto no hace del título de Sloclap una obra maestra, pero sí que lo acerca a los olimpos de los videojuegos, siendo de los mejores indies que me he encontrado.
Si todo esto os ha convencido os tengo que recordar que, podéis adquirir este videojuego para PlayStation 5, PlayStation 4 y PC, tanto en formato digital como físico. Y sí, habéis leído bien, también está en formato físico para PC, y todo es gracias a la buena gente de Meridiem Games, a quienes también les damos las gracias por permitirnos traeros este análisis al proporcionarnos una clave digital de Sifu para su versión de ordenador.