En la industria de los videojuegos existen multitud de propuestas adaptadas para cada gusto y situación. Desde propuestas más comerciales que no dudan en ofrecer un mayor frenetismo hasta obras más calmadas e intimistas, cualquier jugador posee un gran abanico de posibilidades a la hora de ponerse a los mandos de juego. Si bien no es norma general, en torno a estas últimas, ya es bien sabido que aquellos estudios de carácter más independiente son los que suelen englobar este tipo de propuestas más frescas y deciden marcar su huella por el camino de la innovación y la libertad creativa. Pese a ello, suelen ser aquellos que pasan más desapercibidos.
South of the Circle, desarrollado por State of Play, un pequeño estudio asentado en Londres; es otro de esos videojuegos que por desgracia, debido a sus características intrínsecas, no gozarán de un gran impacto en la masa de jugadores, y que hoy venimos a analizar, gracias a una clave decida por el publisher del juego 11 bit studios.
Tan importante el qué como el cómo
Se podría afirmar indudablemente que, South of the Circle es su historia y su manera de narrarla. Ante nosotros, se nos presenta un emotivo relato entre Peter y Clara, dos profesores de Cambridge que, en medio de la Guerra Fría, inician una relación amorosa en medio del caos global y los impedimentos de la sociedad. El relato se desarrolla a través de los ojos de nuestro protagonista Peter, ahora perdido en medio de tierras árticas y afectado por un pasado demoledor que le pondrá al límite. Poco más comentaré en torno a su argumento, ya que estropearía la parte más valiosa del título.
El juego nos va narrando presente y pasado, alternando dichos instantes de una manera magistral y utilizando diversos recursos cinematográficos que le sientan como anillo al dedo. Y es que, South of the Circle es puro cine hecho videojuego. Ante nosotros, nos encontramos una aventura puramente narrativa en el más sentido estricto de la palabra (que podría echar para atrás a los más clasistas), pero que podría enamorar incluso a cinéfilos no jugadores.
Sin embargo, la historia de South of the Circle no genera extrema innovación en lo que cuenta, sino en el cómo lo ejecuta. Como comenté anteriormente, recoge gran cantidad de elementos y recursos del mundo del cine para presentarnos una narración sobre las casualidades, el amor pasional y la pérdida. Además, tampoco duda en tratar otros temas de gran relevancia como la invisibilidad de la mujer en aquella sociedad patriarcal o la inutilidad de la guerra. Su manera de llevarlo a cabo con esa transición de momentos entre el pasado y el futuro le dota de una sensibilidad y magia especial que demuestra no solo buen hacer por parte del estudio, sino también un espacio especial en nuestra mente como jugadores.
Un círculo perfecto
Seamos sinceros. South of the Circle no tiene una jugabilidad más allá de lo que sería pulsar unos botones mientras suceden una serie de cinemáticas. ¿Es por ello un mal juego? En absoluto. La obra de State of Play está creada para conmover, para hacernos sentir como jugadores, con el fin de ser partícipes de su gran historia. Ese es su cometido, y no creo que unas mecánicas más desarrolladas le hubieran sentado mejor. Es un título que busca el minimalismo y la elegancia, y eso es precisamente por lo que se caracteriza su historia. Todo encaja perfectamente.
De esta forma, el título va presentando una serie de cinemáticas en las que nosotros, como jugadores, debemos elegir entre varias opciones que dan pie a una u otra frase de diálogo. Conforme avanza la aventura, nos vamos dando cuenta que la elección de un botón u otro corresponde a una respuesta más positiva o negativa dentro de la conversación, pero como comento, esto es algo que vamos descubriendo poco a poco, y que no afecta al desarrollo de la aventura. Sin embargo, sí hay un conjunto de elecciones que se guardan en el “inventario” y afectan a la escena final con los diálogos correspondientes a nuestras elecciones anteriores. A nivel personal, ese momento me pareció sencillamente magistral, a la vez que cautivador.
Durante alguna cinemática, sí hay momentos en los que no hay opciones a elegir, el jugador solo debe pulsar el botón que da lugar a la frase correspondiente. Sea como sea, tenemos un tiempo concreto para pulsar o elegir una determinada opción de diálogo, pero si este tiempo se agota no pasa nada, ya que la historia continua su curso normal. Sinceramente, una decisión de diseño muy acertada para que el relato fluya y no pierda ritmo alguno durante sus 3-4 horas de duración.
El doblaje es sencillamente espectacular. South of the Circle presenta voces en inglés y subtítulos en prácticamente todos los idiomas, entre los que se encuentra el español. Todas las voces presentan tan altísimo nivel, que realmente considero este aspecto como uno de los principales a la hora de la inmersión durante la partida.
Y como sabéis, no todo son gráficos, pero es que tampoco podemos olvidarnos de su gran belleza visual, de esos fantásticos tonos pastel que inundan los entornos y el diseño de los personajes. South of the Circle es un título que no abusa de los colores chillones y la saturación elevada. Pretende, ante todo, transmitir sobriedad, y vaya que si lo consigue.
Conclusión final
South of the Circle es arte, es emoción y sentimientos a flor de piel. Quizás, aquellos jugadores que busquen experiencias cargadas de frenetismo, opciones por doquier y mecánicas extremadamente profundas no entiendan este nuevo trabajo del estudio londinense. Sin embargo, a veces hay que quedarse con el conjunto, con lo que una obra artística te transmite. Y ese cúmulo de cosas que sientes mientras juegas, en ocasiones indescriptibles, es lo que hace especial a este título.
South of the Circle está actualmente disponible para PC, PS5, PS4, Nintendo Switch, Xbox Series X|S, Xbox One e iOS. Este análisis se ha realizado gracias a una clave para PC, Steam, que nos ha cedido 11 bit studios.