Un precioso RPG 2D de fantasía oscura con gran inspiración en los soulslike
C uando un juego está hecho con cariño se nota a la hora de jugarlo. Y en Tails of Iron, definitivamente, se nota el aprecio y esfuerzo que pusieron los desarrolladores de Odd Bug Studio sobre él.
Tails of Iron es un juego de aventura RPG 2D con una influencia en los juegos estilo soulslike, ambientado en un mundo de fantasía oscura y protagonizado por, nada más y nada menos que, ratas. Disponible en Xbox One, Xbox Series X|S, PS4, PS5, Nintendo Switch y PC. Para el análisis de este entrañable título hemos jugado la versión de Steam, gracias a Meridiem Games. Cabe destacar que, a pesar de ser la versión de PC, es muy recomendable jugar con mando.
Sin más dilación, pasemos al análisis.
En Tails of Iron nos ponemos en la piel de Redgi, príncipe del Reino de las Ratas e hijo menor del Rey Rattus. Está ambientado, como ya hemos dicho, en un mundo de fantasía oscura donde las ratas tienen su propia civilización, así como las ranas, enemigos principales del juego, que han estado en guerra con las ratas durante generaciones.
La historia será contada por una voz en off, narrada por Doug Cockle, la voz de Geralt de Rivia en la mítica saga de The Witcher; mientras que, al hablar con los NPC’s del juego, estos emitirán un sonido de flauta y se comunicarán con bocadillos con dibujos. Si bien es una forma muy interesante de mostrar las conversaciones al estilo de una fábula, puede hacerse algo pesado con la repetición.
El rey Rattus trajo una época de paz al reino de las ratas, pero el paso del tiempo no tiene piedad con nadie, y ya es demasiado anciano para poder empuñar una espada, por lo que decide dejar el reino en manos de uno de sus hijos. El día de la coronación, las ranas invaden el reino y el Rey Rattus pierde la vida. Redgi, que consigue sobrevivir al ataque, tendrá que reconstruir el reino y acabar con las ranas que amenazan la supervivencia de las ratas.
La historia no es la más profunda del medio, pero está bien planteada y nos da un objetivo a lo largo del juego. Además, el guion guarda alguna que otra sorpresa y puede llegar a ser bastante interesante. Tails of Iron destaca en lo atractivo del mundo y su ambientación, pero ese no es su único punto fuerte, también lo es el combate.
A lo largo del mundo de Tails of Iron, Redgi deberá enfrentarse a muchos enemigos que se interpondrán en su camino, sean ranas o plagas de insectos y larvas. Estos combates beben de la fórmula de los juegos como Dark Souls, donde cada acción que realicemos tiene mucho peso y puede marcar nuestro destino. Más que machacar botones, Tails of Iron te pide que pienses en qué movimiento harás a continuación, y para ello te plantará, como mucho, hasta 3 enemigos al mismo tiempo para proporcionar un reto desafiante.
Y es que, este es un juego muy exigente, que puede resultar difícil, e incluso injusto en algunos momentos, requiere paciencia y destreza para aprender los patrones de ataque y saber reaccionar adecuadamente a estos. A la hora de enfrentarte a muchos enemigos, estos avisarán qué tipo de ataque realizarán a continuación y que marca el ritmo de los combates; ya sean ataques que no se pueden bloquear o imposibles de esquivar, o de área, dependiendo de la señal que hagan. En pocos golpes perderemos gran parte de la barra de vida y tendremos que beber de nuestra botella de zumo de insecto que actúa de curación, pero que nos deja indefensos mientras nos curamos.
Para hacer frente a todos estos combates, Redgi dispondrá de un arsenal de armas y armaduras que podrá equiparse, y que da profundidad al aspecto RPG del título. Podremos conseguir este equipamiento derrotando enemigos o llevándole diseños al herrero y, cada pieza de equipamiento tiene un peso y unas estadísticas distintas, que afectará a la agilidad de nuestro personaje; además, muchas armaduras nos proporcionarán resistencias adicionales a cierto tipo de enemigos. Así como podremos utilizar tanto armas a una mano con escudo, como una sola arma a dos manos más potente, pero más lenta.
Contaremos con un botón para atacar con el arma a una mano, y otro para atacar a dos manos, también contaremos con un botón para cubrirnos de ataques y un botón para realizar una esquiva que será muy útil. Y uno de los movimientos más importantes es el parry, indispensable para contraatacar los golpes más difíciles de esquivar de los enemigos.
Esto da como resultado un sistema de combate muy exigente, pero que consigue mantener una buena curva de dificultad a lo largo del juego y que hace sentir al jugador una gran satisfacción cuando consigue superar un reto. Especialmente durante sus batallas contra jefes, que abundan en el juego, donde el jugador es puesto a prueba. Estás peleas con jefes son uno de sus mayores atractivos, y dan lugar a combates tan encarnizados como emocionantes.
También podremos conseguir mejoras permanentes que aumentarán la cantidad de vida máxima de nuestro personaje consiguiendo ciertos objetos, pero no hay forma de mejorar nuestra curación de ninguna manera, lo que acaba equilibrando inteligentemente la brecha de dificultad durante los primeros compases del juego y la dificultad en su tramo final.
Por otro lado, el apartado artístico de Tails of Iron es sobresaliente. Tanto el mundo como los diseños de personajes y enemigos, junto con las animaciones, están cuidados al detalle. Siendo un mundo en 2D, tiene una gran variedad de escenarios distintos, con bancos repartidos por las zonas en las que podremos guardar la partida. Y con cada zona distinta, cambia también el fondo de estos escenarios, que rebosan vida y atención en el detalle. Estos fondos que aportan mucha profundidad al juego, donde podemos ver a enemigos o incluso aliados caminando y haciendo sus vidas, dependiendo de en qué zona estemos.
También, los diseños de los personajes y enemigos tienen mucha personalidad y son bastante característicos. Las animaciones tampoco se quedan atrás, ya que las de los personajes al atacar o las animaciones de ejecución, que puedes realizar a ciertos enemigos durante los combates, están muy trabajadas y dan lugar a que sea muy satisfactorio verlas.
Sin embargo, no todos son aspectos positivos sobre el juego. El mapa tan variado que tiene, resulta no ser tan abierto como era de esperarse. El juego te va llevando por las distintas zonas del mapa según avanza la historia, dando relativamente poca importancia a la exploración, y no tiene casi niveles que requieran moverse por plataformas.
Tails of Iron cuenta con varias misiones «secundarias» que, en realidad, son totalmente necesarias para poder avanzar en la historia, de esta forma se aseguran de extender un poco la duración del juego. Esto se nota al ver que no podemos aceptar más de una misión secundaria al mismo tiempo, y en que haya que recorrerse el mapa a pie para ir de misión a misión. Tampoco ayuda que estas misiones sean muy repetitivas y se limiten a ir a una zona concreta del mapa y acabar con los enemigos que se encuentren allí.
Estas misiones secundarias están hechas, principalmente, para que el juego dure más tiempo, y es que, este puede llegar a ser otro de sus puntos flacos. La historia se completa sin problema en 8 horas de juego, y conseguir todos los logros puede alargar su duración hasta 10-12 horas en total; por lo que puede resultar algo corto para ser un juego RPG.
La dificultad del juego también se puede convertir en uno de sus problemas, ya que, al no tener niveles de dificultad o de accesibilidad, puede acabar siendo un juego muy difícil y frustrante.
En el apartado de sonido, Tails of Iron utiliza la música para acompañar y dar ambiente, por lo que no destaca especialmente, pero tampoco es que esté mal planteada y cumple su función. Generalmente, escucharemos la música en poblados y durante las peleas contra jefes, donde además podremos ver a quiénes la estén tocando en el fondo de los escenarios.
Incluso con los defectos mencionados, Tails of Iron consigue opacarlos con sus puntos fuertes. Una gran ambientación con un combate desafiante y un estilo artístico impresionante que nos dejará con ganas de más, sobre todo dada la corta duración del juego.
Un juego desarrollado por el aprecio de los desarrolladores a la familia de ratas que tienen como mascotas, llegando a utilizar los nombres que tenían para los personajes principales del juego; poniéndolas como protagonistas por la mala impresión que se suele tener sobre las ratas, para mostrar que «en realidad son de las criaturas más cariñosas y amorosas que hay«.
A aquellos que disfruten los juegos desafiantes o al estilo souslike, o a los que les guste el estilo que destila el título y su ambientación, encontrarán a Tails of Iron muy entretenido. Aunque, quienes busquen una experiencia con un mundo muy libre, y de larga duración, más centrado en la exploración, puede que no le resulte tan llamativo.