El gusto por la violencia es algo intrínseco en el ser humano. Es una faceta de la que no podemos desprendernos y que, de algún modo, sacia ese lado animal que todos llevamos dentro. Por supuesto, gracias a eso que llamamos sociedad, tenemos una serie de reglas que impiden, en la medida de lo posible, matarnos los unos a los otros (aunque en más de un momento apetezca). Por esto mismo, la violencia siempre se ha mantenido presente en el universo artístico como uno de los elementos más tratados, sobre todo en el audiovisual, ya que, de esta manera, podemos liberarnos de las ataduras de la moralidad y ver sangre y muerte desde la comodidad del mundo artificial.
Glen Schofield, director y creador de The Callisto Protocol, entiende esto a la perfección. El director ya hizo sus pinitos hace años con Dead Space, cuando Visceral Games aún existía, y ya ofreció una visión del gore y la violencia explícita que pocas veces hemos visto en nuestras televisiones. Claro está, tanto en Dead Space, probablemente, su obra más importante, como en The Callisto Protocol, la violencia no lo es todo, pues el ejercicio de diseño y jugabilidad muestra un entendimiento más profundo del medio que el de solo poner a un tipo masacrando bichos muy feos.
Combate simple pero efectivo
The Callisto Protocol, desarrollado por Striking Distance Studios, es un juego de acción y terror espacial ubicado en la estación Ferronegro, que funciona como cárcel que, tras ciertos problemas, se contamina y se llena de una especie de zombis que harán todo lo posible para matarnos. Jacob Lee, nuestro protagonista, cuenta al principio con un equipamiento escaso para hacer frente a la horda de criaturas mortales: una tubería de hierro. El juego nos pone en nuestras manos la primera arma cuerpo a cuerpo que pudimos encontrar para dejar una cosa clara: la confrontación directa es nuestra baza principal. A diferencia de otros survival horror más moderno, en The Callisto Protocol se prioriza el combate cuerpo a cuerpo por encima del uso de armas a distancia. Ello no quita que, tras algunas mejoras, podamos deshacernos rápidamente de las criaturas a balazo limpio, pero estas «armas a distancia» funcionan más como un complemento para continuar nuestros «combos«.
El combate cuerpo a cuerpo al principio puede resultar un poco injusto porque, dentro de su simpleza, cuesta adaptarse. Contamos con tres comandos (sin contar luego las habilidades añadidas): golpear, esquivar y bloquear. Para golpear simplemente debemos pulsar el gatillo derecho y nuestro personaje encadenará, con cada pulsación, una serie de golpes con los que derrotar a nuestros enemigos. Para esquivar tendremos que mover el joystick izquierdo hacia la derecha o la izquierda, debiendo alternarlos si no queremos llevarnos un susto, es decir, si esquivamos a un enemigo hacia la izquierda, el próximo ataque debe esquivarse a la derecha, independientemente desde qué dirección proviene el ataque. Para bloquear, al igual que en ciertos juegos de lucha, tiraremos hacia atrás del joystick izquierdo, aunque el bloqueo nos quitará un poco de vida.
Las armas de fuego a bocajarro
Otro de los pilares de la jugabilidad es, sin lugar a dudas, el «sistema de apuntado estratégico«. Esta funcionalidad nos permite, después de ejecutar un combo cuerpo a cuerpo, disparar a un lugar específico que viene resaltado con un círculo azul para ejecutar una especie de ataque crítico y desmembrar a nuestros enemigos. Esta es la forma estándar que tendremos para utilizar las armas a distancia, ya que los escenarios son angostos y las criaturas rápidas, así que contaremos con muy poco tiempo de reacción como para eliminar a estos monstruos a distancia.
Como en otros juegos del género, nuestro protagonista estará suplido con una serie de armas de fuego con una variedad escasa, pero decente en relación con la duración del juego. Si bien es cierto que las armas pudieran estar más diferenciadas (porque se basa en un soporte al que acoplamos una serie de cañones que cambian el tipo de disparo), estas cuentan con un disparo secundario que les da algo más de personalidad. Aun así, creo que es uno de los apartados que más flojean, debido a que estos disparos secundarios se obtienen al mejorar el arma en cuestión al máximo, cosa que no haremos hasta fases finales del juego, por lo que está más pensado para una segunda vuelta. Aparte, llegados a un punto del juego, las criaturas empezarán a mutar y saldrán unos tentáculos a los que dispararemos si no queremos enfrentarnos contra una versión más poderosa de los enemigos y, creedme cuando os digo que una es abarcable, pero cuando se juntan varios enemigos transformados querremos cargar la partida. Con todo, los enfrentamientos son de lo más satisfactorio, pudiendo ejecutar a los enemigos de múltiples formas y, al ser un enfrentamiento más cercano, aumenta la sensación de contundencia y visceralidad de cada reyerta.
Cada gota de sangre cuenta
La visceralidad y la violencia explícita son dos de los elementos principales de The Callisto Protocol, desde que Schofield y el equipo de Stricking Distance Studios anunciaron el proyecto. El detalle de cada muerte, cada ejecución, está realizado con tal gusto por lo macabro como pocas veces he podido presenciar en mi vida. Contando con un apartado gráfico de escándalo, al menos en PlayStation 5 (versión que he analizado), The Callisto Protocol cuenta con dos modos de video: Gráficos o Rendimiento. Para mi gusto, debo decir que el modo gráfico es el modo más disfrutable, ya que añade trazado de rayos a la fórmula y, gracias al buen uso que hace de los reflejos y la iluminación, es casi una pena perderse algunas de las estampas que ofrece, puesto que, como he mencionado antes, gráficamente es de lo mejor que hay en estos momentos en el mercado.
Otro de los elementos que hacen a este título relucir es su cuidado en las animaciones. Tanto nuestro personaje como los enemigos cuentan con un amplio abanico de animaciones, sin contar con las ejecuciones que hacen, tanto nuestro personaje como las criaturas, que no tendrán miramiento para arrancarnos la cabeza de cuajo, como poco, en una escena con todo lujo de detalles. Cada tipo de enemigo cuenta con un par de animaciones y, en dificultades altas, vamos a verlas bastante a menudo. Además, ciertos elementos del entorno también nos matarán de formas horribles, no teniendo ninguna consideración con nuestro protagonista.
Las actuaciones también están a muy buen nivel, contando con una captura facial muy resultona con la que gozaremos en las múltiples escenas cinemáticas del juego. En mi caso he disfrutado de The Callisto Protocol en inglés, ya que el doblaje en español, aun estando bien, se encuentra mal sincronizado y prácticamente en ningún momento va a coincidir con los labios de los personajes. Además, que, por momentos, el volumen aumenta y decrece a voluntad y sale el sonido de las voces hasta por el mando cuando no toca. Por este motivo recomiendo jugarlo en versión original, puesto que el cuidado a la hora de implementar el doblaje ha sido escaso.
En cuanto a la historia, hay poco que decir, pues el juego ejerce de puerta de entrada al universo y se traduciría casi en un prólogo de lo que pudiera ser una nueva saga. Aun así podemos encontrar lo típico en este tipo de títulos, mucha violencia, megacorporaciones excesivamente malévolas y protagonistas con una historia de redención.
Conclusión final
The Callisto Protocol es un título que, aun teniendo sus errores (sobre todo de rendimiento en algunas plataformas), ha resultado ser una de las grandes sorpresas del año. Uno de esos títulos de terror de los que se espera un gran recorrido. Tanto la duración de la historia (15 horas, en mi caso y en la dificultad máxima) como la jugabilidad han resultado ampliamente satisfactorias. Aun siendo consciente de que en ciertas plataformas el juego ha tenido problemas técnicos que se han ido arreglando, en mi caso no he tenido prácticamente ningún problema, por lo que he podido disfrutar plenamente de la nueva obra de Glen Schofield.
Este título sirve, además, como una ventana a una posible saga y, de ser así, deberán mejorar ciertos aspectos como las ya mencionadas «armas a distancia«, que apenas tienen un uso más allá de este sistema de críticos, sin contar con que la variedad de las mismas es bastante escasa. Aun así, las mejoras y la gestión del inventario, suplen ligeramente estas carencias, al igual que ocurre con el diseño de niveles que, aun siendo excesivamente lineal, no me ha resultado soso y no me ha despegado del asiento durante las horas que duraba.
The Callisto Protocol ya se encuentra disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X/S y PC. Nosotros os hemos traído este análisis en PS5 gracias a la clave que nos han facilitado desde Meridiem Games.