Fallout 76 se lanzó al mercado a finales del 2018, suponiendo un proyecto grande ambicioso de mundo abierto con multijugador online. El juego fue lanzado para PC, PS4 y Xbox One, una revolución para una de las sagas más populares de Bethesda. La gente estaba ilusionada después de las palabras de Todd Howard en la conferencia que anunciaba este proyecto. Todo resulto en un lanzamiento desastroso, con el juego lleno de imperfecciones y muchos bugs que negaban una buena experiencia al consumidor, originando duras críticas de parte de toda la comunidad.
Incluso, tras casi 4 años, el juego sigue siendo tema de conversación para lo malo. Kotaku no ha tardado en desvelar por varias fuentes los motivos del desastre. Estas fuentes de Kotaku han sido accedidas por el periodista Sisi Jiang, afirmando que el desarrollo tuvo «un crunch brutal» (lo normal en estos días) que afecto notablemente a los trabajadores de la compañía. Los mismos trabajadores no han querido pronunciarse al respecto por miedo a no ser contratados en otros lugares.
Gracias a estas fuentes, se han recogido declaraciones de Bethesda que prefieren mantener el anonimato. «No quería estar en el proyecto porque devoraba a la gente. Los destruía«, dice uno de los que abandonó, que alude directamente a problemas en la gestión y el liderazgo.
«La cantidad de gente que se apuntó al proyecto y después abandonó Bethesda fue grande»
En estas declaraciones se pueden incluir a los testers, las personas responsables de probar el juego antes de su salida para encontrar fallos y arreglarlos. Y es que se habla de que estas personas trabajan 10 horas diarias durante seis días cuando el juego aún estaba en fase beta. Según otro trabajador: «No lloré anoche cuando me estaba duchando«, junto a más declaraciones de gente que salió del proyecto.
Demasiadas Horas y poca gestión al respecto
Las fuentes apuntan directamente a la gestión de ZeniMax y a como había una exigencia de tiempo extra para el control de calidad, incluso ese tiempo no iba a servir mucho para corregir los errores. Por ejemplo, un tester tuvo que hacer horas en un fin de semana para la última versión del juego, esto para realizar ajustes. La sorpresa fue ver que las herramientas para cambiar estos errores no estaban implementadas aun, dejando el esfuerzo en vano.
«Recuerdo a uno de mis compañeros poniéndose en pie, mirando a la persona que estaba a cargo ese día y gritar al otro lado de la sala: ¿Por qué estamos aquí? Nos rendimos por hoy. Es inútil, es una pérdida de nuestro tiempo«, explica uno de los trabajadores implicados en el desarrollo.
Sumando a estos conflictos, se asegura que las horas extra eran obligatorias debido a lo ambicioso que era el proyecto para Bethesda. Tanto fue el empeño, que la propia empresa cogió trabajadores de Starfield y Redfall. Aun así, a día de hoy, el juego tiene una hoja de ruta de contenido de 5 años más, mostrando como la desarrolladora sigue apoyando la última entrega de Fallout.
