Mil relatos de piratería en la música de introducción de The Secret of Monkey Island
Hace unos meses nadie podía suponer lo que estábamos a punto de ver, nada más ni nada menos, que el regreso de una leyendo como Monkey Island. Volver a embarcarnos una vez más junto a Guybrush Threepwood y su tripulación era un sueño que se había postergado demasiado en el tiempo. Como si se tratará del viaje por encontrar el One Piece de Gol D. Roger, parecía que iba a ser una larga travesía sin llegar nunca a tierra.
Entonces, antes de la marea de anuncios veraniegos del «No-E3 2022», vimos lo que se suponía que era una secuela directa de Monkey Island: LeChuck Revenge. Como si fuese el efecto de una insolación bajo el paraguas de Devolver Digital, el mismísimo Ron Gilbert, el artífice de esta legendaria saga, regresaba con sus grumetes para esta continuación.
Durante estos años de navegar sin rumbo, al final regresamos a la mar tras varias esporádicas secuelas que han sido ignoradas para este Return to Monkey Island. Miles de fans llevan esperando este acontecimiento por una inmensa índole de razones. Ya que Monkey Island destacó en su momento por muchas cosas, pero se ha mantenido en el imaginario colectivo por una razón, la del ser el sinónimo de aventura pirata. Mucha parte de la culpa de ello la tienen sus canciones. Cada una de sus bandas sonoras presentan temas que nos hace sentirnos verdaderamente como bucaneros y una destaca sobre el resto. Este no es otro que el tema de introducción para The Secret of Monkey Island. Justamente, en este artículo nos detendremos sobre esa canción, la cual nos abría las puertas a un nuevo mundo.
El sentimiento de toda una aventura dentro de la música de una introducción
Seguro que si escuchas un par de notas de la canción más famosa de Mario Bros te viene a la mente nuestro bigotudo fontanero. Pero, ¿qué pasaría si nos pusieran la misma canción por primera vez y nunca hubiéramos tenido ningún contacto con nada relacionado con el personaje? ¿Esa misma melodía sería capaz de llevarnos a esos mundos de ladrillos llenos de setas y tortugas? Seguramente, tras su escucha, pensarías que es una canción simpaticona, siéndonos muy difícil ponerle forma a ese excepcional título con esos bits en forma de música.
Desde ese punto y con el trascurrir del tiempo, ya hemos relacionado muchos temas musicales a juegos, géneros y hasta con ciertas emociones que nos producen. Durante estas décadas que llevamos de videojuego en la que hemos tenido miles de temas icónicos como Green Hill Zone, Life Will Change o Green Greens, ¿cuántos de ellos tienen la fuerza suficiente para enjaular toda la magia de una saga? La respuesta hacia esa pregunta es que son muy pocas las canciones que tienen la cualidad de trasmitirnos todo el contexto de una obra a partir de una mera canción, sin que no haya hecho falta un contacto previo con el correspondiente juego.
Desde esa perspectiva y desde la opinión de un servidor, el tema de apertura de The Secret of Monkey Island es una rara especie dentro de las bandas sonoras. Escucharla en aquellos años 90 sirvió para introducirnos en esa aventura llena de imaginación, humor, pasión por lo absurdo y piratería. Y durante el viaje de esta saga, esa pieza creada por Michael Land siempre ha estado al servicio de trasportarnos sin necesidad de iniciar el juego. Alistándonos, por tanto, automáticamente como tripulantes sin que hubiéramos pasado ni un segundo surcando los mares de la aventura gráfica de LucasFilm Games.
A esa pieza de inicio tampoco se le quedaron atrás el resto de canciones de su banda sonora, de ese título ni de los restantes de esta saga. Sin embargo, en el recuerdo la que mejor se conserva precisamente es la citada «Introductions», ya sea bien por su ritmo o por su pegadizo estribillo. A su vez, para adentrarnos aún más en la aventura, se eligió acompañar a cada nota con sonidos del mar o de la fauna de aquellas misteriosas islas.
El conjunto de ese sonido no fue a la ligera, ya que para la confección de toda la banda sonora del título el autor tenía como una única condición que debería ser de estilo «reggae pirata». Ese requisito impregna toda esta obra musical con ritmos alegres y suaves, con un abundante empleo de percusión y vientos. Obviamente, no encontramos ninguna canción de dub o reggae jamaicano al uso, pero si consigue encontrar parte de las mismas vibras del género que buscaba aludir.
Parte de este mérito se debe a que el autor pudo contar con músicos de primer nivel, en esa época de compositores limitados por el hardware a humildes navíos. Haciendo que, en comparación, esta canción y el resto de la OST tengan una mayor musicalidad al poder contar con los siguientes instrumentos: tambores, marimbas, baterías, guitarras, flautas, oboes, corno inglés, fagots, clarinetes y bajos.
Ese fruto entre el reggae, grandes músicos y canciones de piratas podría haber dado como resultado una atrocidad. Esa papeleta solamente se podía salvar con un gran talento que consiguiera que cada una de sus partes casara la una con la otra. Fue el propio jefe de ceremonias, Land, el que consiguió canalizar y converger todos esos elementos en el espíritu que quería tener Monkey Island. En sus manos, ese espíritu se convirtió en una banda sonora, y con «Introductions» todos nos convertimos en piratas, pase el tiempo que pase.
La travesía de Return to Monkey Island con el capitán Michael Land
La recepción de Return to Monkey Island, antes de su lanzamiento, ha sido una fuerte tempestad. Desgraciadamente, ha sufrido un fuerte acoso y opiniones en contra debido a su renovado y peculiar apartado artístico, alejado del pixel-art de los clásicos. No es de extrañar en los tiempos donde abundan las opiniones que son un cruce entre la no empatía y el ego o la falsa superioridad. En este artículo, precisamente, no buscamos dictaminar sobre la idoneidad del apartado gráfico. Tras esperar un poco más de seis lustros del segundo título de esta saga o 31 años, siendo precisos, nos importa poco como se vea esta continuación para nuestros días en los mares que rodean la Isla del Mono.
Aquí hemos venido a tocar, cantar y alzar nuestras jarras al son de canciones de piratas. Y bajo esta fogata, esperamos mucho de la banda sonora de esta «tercera» parte, sabiendo que está bajo la batuta de los mismos responsables que la OST de LeChuck’s Revenge, Peter McConnell, Michael Land y Clint Bajakian. Como ya os hemos explicado con Land y su tema de entrada para el primer Monkey Island, este trío de compositores tiene los galones suficientes para hacernos zarpar la imaginación hacia nuevas costas.
¿Por qué creemos en ellos? En esta redacción ya estamos metidos dentro de un barril de limones y ron de caña preparando su análisis para nuestra web. Deseosos de tararear esas nuevas melodías, impacientes por volver a escuchar la música de Monkey Island. Aquella música que nos hace alzar la espada y mirar a contra mar, como siempre lo hizo, y lo hará esa deliciosa introducción de su primer juego.
